Feminicidios y no como accidentes o suicidios es como las fiscalías de todo el país deben comenzar a investigar la muerte violenta de una mujer; sin embargo, hay un largo registro de casos donde las autoridades han intentado culpar a las víctimas de sus propias muertes.

Recientemente, la Fiscalía de Jalisco informó “avances” sobre el caso del feminicidio de Luz Raquel Padilla pero en sus declaraciones insinuaron que la mujer se autolesionó y que provocó su propia muerte.

Este tipo de declaraciones y versiones no son exclusivas de un estado, se repiten sistemáticamente en todo el país y desde hace más de 20 años, a pesar de los avances que han logrado las familias de víctimas junto a la lucha feminista.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) este tipo de actuaciones por parte de las autoridades busca disminuir la percepción de altos niveles de violencia contra las mujeres y no dar respuesta a las exigencias de verdad y justicia.

Además, al interior de las dependencias prevalece una cultura machista que insiste en criminalizar, revictimizar y desacreditar a las víctimas y a sus familias.

A continuación 9 casos de feminicidio donde las autoridades han intentado culpar a las víctimas:

  1. Digna Ochoa, 19 de octubre de 2001
  2. Mariana Lima, 28 de junio de 2010
  3. Lesvy Berlin, 3 de mayo 2017
  4. Zyanya Figueroa Becerril, 15 de mayo de 2018
  5. Verónica Monroy, 8 de febrero de 2021
  6. Edna Revólver, 25 de julio de 2021
  7. Yolanda Martínez, 31 de marzo de 2022
  8. Debanhi Escobar, 9 de abril de 2022
  9. Luz Raquel Padilla, 16 de julio de 2022

1. Digna Ochoa

El 19 de octubre de 2001, Digna Ochoa, defensora de derechos humanos, fue hallada muerta en su despacho de la colonia Roma, en la Ciudad de México; previamente, la mujer había recibido amenazas por su labor y activismo.

Desde el inicio, las autoridades descartaron que se tratara de un homicidio y en 2010, la procuraduría de la CDMX también concluyó que Digna Ochoa no había sido asesinada, y que se trataba de un suicidio.

La versión sobre el suicidio de Digna Ochoa fue descartada hasta enero de 2022, más de 20 años después de su feminicidio, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quien señaló que el Estado mexicano cometió graves irregularidades en la investigación y que estuvo sesgada por estereotipos de género.

La Corte ordenó la reapertura del caso y un acto público de reconocimiento de responsabilidad de las autoridades, que sigue pendiente.

Digna Ochoa

2. Mariana Lima Buendía

La consigna “¡No fue suicidio, fue feminicidio!”, tomó fuerza por la lucha de Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía, joven asesinada el 28 de julio de 2010 en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México.

Mariana Lima, de 28 años de edad, era esposa de un agente de la Policía Judicial municipal, Julio “N”, quien acudió a denunciar el suicidio de la joven; desde el inicio, la madre de la víctima dudó de esta versión y denunció que su hija era víctima de violencia por su pareja.

Sin embargo, las autoridades del Edomex cerraron la investigación como un suicidio; la lucha de los padres de Mariana llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que en se pronunció sobre el caso con la sentencia 554/3.

La SCJN ordenó la reapertura del caso y que fuera investigado con perspectiva de género, lo que sentó precedentes históricos para investigar toda muerte violenta de mujer como feminicidio en todo el país y que los funcionarios que obstaculicen el acceso a la justicia sean sancionados.

Julio “N” fue detenido en 2016, sin embargo, el proceso penal por el feminicidio de Mariana Lima Buendía permanece en pausa por las trabas del sistema de justicia y hasta ahora, no hay sentencia.

Irinea Biendía.

3. Lesvy Berlín Rivera Osorio

Lesvy Berlín Rivera Osorio es otro caso emblemático donde las autoridades intentaron culpar a la víctima de su propia muerte, en esta ocasión, tratando de afirmar que la joven se suicidó pero fue un feminicidio.

Lesvy fue asesinada el 3 de mayo de 2017; encontraron su cuerpo con un cable de teléfono en el cuello al interior de Ciudad Universitaria de la UNAM, en la CDMX.

De inmediato comenzó la revictimización contra Lesvy y su familia, pues la entonces procuraduría de la capital publicó un comunicado donde señalaba que la posible causa de muerte era un suicidio y que su novio, Jorge Luis González Hernández, solo había sido testigo.

Esta versión fue descartada de inmediato por su familia, en particular, por Araceli Osorio, mamá de Lesvy. La carpeta de investigación se reclasificó como feminicidio, Jorge Luis fue detenido y en juicio se demostró que la joven fue asesinada.

Al grito de "¡No fue suicidio, fue feminicidio!" decenas de mujeres y algunos hombres partieron de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales con destino a la Rectoría.

4. Zyanya Figueroa Becerril

Zyanya Figueroa Becerril, de 26 años de edad y originaria de la Ciudad de México, trabajaba como médica en el Hospital del Niño Poblano, en Puebla, donde fue asesinada el 15 de mayo de 2018.

La joven fue hallada al interior de su departamento y desde ese momento, la Fiscalía de Puebla inició la investigación como suicidio y no como feminicidio; su familia ha acusado falta de perspectiva de género, omisiones y negligencias.

Patricia Becerril y Martín Figueroa, padres de la víctima, han denunciado que el caso se trata de un feminicidio y que la Fiscalía de Puebla no ha retomado la sentencia Mariana Lima Buendía para investigar.

Luego de protestas y a 3 años de la muerte de Zyanya, la familia consiguió que en septiembre de 2021, un Juez de Control ordenara a la Fiscalía investigar con perspectiva de género y realizar las diligencias pendientes.

5. Verónica Monroy

Verónica Monroy, de 48 años de edad, fue hallada muerta el 8 de febrero de 2021 por sus dos hijos al interior de su casa ubicada en Los Héroes Tecámac, municipio de Tecámac en el Estado de México.

Por un año, la carpeta de investigación señalaba que la causa de muerte de Verónica había sido un suicidio, sin embargo, los hijos de la víctima advirtieron irregularidades en el caso y exigieron que se indagara con perspectiva de género.

Al cumplirse un año del feminicidio de Verónica Monroy, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México informó que iniciarían con la investigación con perspectiva de género y que el caso sería llevado por la Fiscalía de Feminicidios.

Pese a esto, no hay avances sustanciales y los hijos de la víctima han iniciado una lucha por justicia que sigue pendiente.

Protesta por la violencia contra las mujeres

6. Edna Revólver

Edna Adglae Reyes Gutiérrez, o como ella misma se nombraba: Edna Revólver, fue asesinada el 25 de julio de 2021; a un año, la familia sigue sin tener acceso a la carpeta de investigación y no conocen la causa de muerte.

A pesar de esto, la Fiscalía de Feminicidio del Estado de México, pues este caso ocurrió en el municipio de Tlalnepantla, le ha dicho a la familia que su hija “se hizo daño ella misma” y han intentado clasificar el caso como suicidio.

Dejando de lado la evidencia de que el novio de Edna, de 29 años de edad, fue quien estuvo con ella por última vez y que desde el feminicidio, no ha sido localizado.

La Fiscalía mexiquense también ha dejado de lado el proyecto de vida que Edna Revólver tenía: viajar, estudiar una segunda carrera y la lucha contra la violencia de género que realizaba.

Tal y como los casos de Mariana Lima o Digna Ochoa, ocurridos hace 12 y 20 años, estos feminicidios recientes demuestran la actuación de las fiscalías por intentar responsabilizar de sus muertes a las víctimas.

7. Yolanda Martínez

Yolanda Martínez Cadena, de 26 años, fue reportada como desaparecida el 31 de marzo de 2021 en Nuevo León; su cuerpo fue localizado en un terreno baldío en el municipio de Juárez, el domingo 8 de mayo.

La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que la principal línea de investigación en la muerte de Yolanda Martínez era un suicidio, a pesar de que aún había pruebas que procesar y que todavía no tenían la causa de muerte de la joven.

Apenas el pasado 25 de julio, casi 4 meses después de la muerte de Yolanda, la Fiscalía le informó a su padre, Gerardo Martínez, que ya investigan el caso como feminicidio, luego de los resultados de la autopsia.

Las autoridades sostuvieron que Yolanda murió a causa de las sustancias químicas que se encontraron en su cuerpo, sin embargo, se investiga si los ingirió o se los suministraron.

Mujer protesta por Yolanda Martínez.

8. Debanhi Escobar

El caso de Debanhi Escobar es uno de los que más protestas ha causado este 2022; la joven de 18 años fue reportada como desaparecida el 9 de abril pasado tras asistir a una fiesta en una quinta, en el municipio de Escobedo, Nuevo León.

La joven fue grabada por cámaras de seguridad en el motel Nueva Castilla, zona donde su familia y amigos la buscaron durante 13 días; pese a esto, el 21 de abril, la Fiscalía informó que su cuerpo fue hallado en una cisterna de dicho lugar.

Desde ese momento, su padre, Mario Escobar, aseguró que la muerte de su hija no fue un accidente, si no un feminicidio; contrario a la primera versión de la Fiscalía de Nuevo León, que afirmó que Debanhi había caído a la cisterna y que su muerte habría sido un accidente.

Pero la lucha de los padres de la joven continuó y tras la exhumación de su cuerpo, así como una segunda autopsia, se reveló que Debanhi Escobar murió debido a una asfixia por sofocación.

Es decir, que Debanhi es víctima de feminicidio y no de un accidente. Ahora, el trabajo de las autoridades se debe enfocar en los responsables de su muerte.

[object Object]

9. Luz Raquel Padilla

Luz Raquel Padilla, madre de familia de 35 años de edad, fue golpeada y quemada viva en Zapopan el 16 de julio de 2022; ya había denunciado amenazas en su contra y las autoridades del municipio no hicieron nada.

Sin embargo, la Fiscalía de Jalisco, a cargo de Luis Joaquín Mendez, revictimizó a Luz Raquel Padilla mostrando videos que sugieren que fue responsable de su propia muerte mediante un autoataque.

Además, la Fiscalía de Jalisco no ha clasificado el crimen en su contra como un feminicidio; las autoridades han sido señaladas de criminalizar, revictimizar y desacreditar a la víctima.

Situación que ha sido señalada como preocupante por organizaciones feministas, pues consideran que además de afectar la dignidad de la víctima, es un intento más por invisibilizar la lucha de las mujeres y sus familias por el acceso a la justicia.

Manifestación por el feminicidio de Luz Raquel