No había daño. Ya lo hay. El famoso “reportaje” de la casa en Houston era nada más un golpe bajo. No demostraba lo inexistente: corrupción del hijo mayor del presidente López Obrador. Ahí debió haber quedado la cosa: una calumnia contra José Ramón López Beltrán; elaborada, sí, por la organización presidida por una acólita de Claudio X. González.

No debió llegar a más el trabajo no periodístico patrocinado por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que es la asociación civil encabezada por María Amparo Casar, la monaguilla del señor X. —una mujer, por cierto, que ha hecho de la mentira su modus operandi—.

Tal reportaje tuvo cierta notoriedad, aunque sin credibilidad, porque lo difundió un periodista ruidoso, pero poco ético, Carlos Loret de Mola.

Ahí debió haber quedado todo. El hijo de AMLO es honesto y no era necesario insistir en ello. La conciencia tranquila hace inútil cualquier debate.

De hecho, Andrés Manuel no insistió en lo que él conoce mejor que nadie: la decencia de José Ramón y de sus otros hijos.

Pero el presidente —al fin, antes que político profesional, padre de familia amoroso— se indignó por una amenaza mafiosa lanzada por Loret de Mola en El Universal: la de que también podría calumniar a su segundo hijo.

Eso ya fue demasiado. Me pregunto por qué ninguno de los defensores de la pureza periodística se escandalizó ante la amenaza de Loret: “Y ‘Andy’? ¿Es hora también de empezar a hablar de su hijo ‘Andy’?”.

Se entiende que deteste a Andrés Manuel el jefe de Loret —Roberto Madrazo, perverso priista—, pero ¿no es llevar las cosas demasiado lejos usar a su mayordomo periodístico para amenazar?

Andrés Manuel, entonces, cometió un error —no una ilegalidad, que conste—: dar a conocer información bastante imprecisa sobre los ingresos de Loret que alguien le hizo llegar.

Ello cohesionó a la derecha que combate a la 4T y crecieron las críticas tanto a AMLO como a su hijo mayor. Pudo haberse evitado, sin duda. Pero ni hablar, ocurrió y tuvo consecuencias.

Según la encuesta de MetricsMX dada a conocer en SDPNoticias ya hay un daño a la imagen de AMLO: el 58.9% de la gente entrevistada piensa que el escándalo ha impactado negativamente la confianza en el presidente de México y en su familia.

Todavía —son datos de la misma encuesta— el 59.2% del electorado votaría por Morena en las elecciones presidenciales de 2024.

Lo anterior significa que Andrés Manuel ha hecho la tarea y que la sociedad mexicana, en forma mayoritaria, lo aprecia a él como persona y a su proyecto como destino político. Pero…

Se ha dañado la imagen presidencial y Andrés Manuel —experto en superar toda clase de crisis— debe hacer algo para que no crezca el problema; por ejemplo, debe recordar los 10 mandamientos para salir de un pozo:

√ Primer mandamiento: “Ya no escarbar”. No hace falta explicar estas sabias palabras.

√ Segundo mandamiento: “No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás y a un periodista sin ética por ningún lado”. Creo que esto es evidente en sí mismo.

√ Tercer mandamiento: “Paciencia y barajar”. Tarde o temprano esto pasará, así que no vale la pena desesperarse.

√ Cuarto Mandamiento: “E pur si muove”. Galileo tenia la razón científica y ética y la iglesia católica estaba equivocada. Te sobra autoridad moral, Andrés Manuel; entonces, que no te importe lo que por interés —y sobre todo por instrucciones del gran capital— diga alguien como Loret.

Si el presidente López Obrador obedece estos cuatro mandamientos, los otros seis no importan.