El huracán Otis, de categoría 5, arrasó con el Puerto de Acapulco, dejando a su paso una devastación de dimensiones apoteósicas. Estoy segura de que lugareños y turistas que se vieron atrapados por este fenómeno meteorológico nunca olvidarán esta terrible experiencia.

Una vez que se ha restablecido parcialmente la energía eléctrica y la cobertura de internet, apenas podemos vislumbrar la magnitud y consecuencias del paso del huracán.

Este es un ejemplo más que pone de manifiesto lo importante y necesario que es contar con una aviación nacional fuerte. Apenas se supo de los daños causados por el huracán Otis, la aerolínea al mando de Andrés Conesa, ya estaba anunciando la creación de un puente aéreo con la finalidad de sacar a la gente que se quedó varada en el puerto.

A través de un comunicado Aeroméxico anunció que harían un puente aéreo para traslado de ayuda humanitaria, en coordinación con autoridades federales y estatales, y evidentemente con los mandos militares.

Comunicado Aeroméxico

El puente aéreo consiste en trasladar sin costo alguno para los pasajeros, no solo a los turistas y residentes que quieren salir de Acapulco, sino también rescatistas, así como voluntarios y lo más importante: víveres.

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En este tipo de eventos quienes tienen prioridad para evacuar una zona de desastre son mujeres embarazadas, niños, personas de la tercera edad, así como los enfermos. Y así como lo anunciaron, estuvieron ofreciendo este servicio para la población.

Quiero hacer hincapié, porque es importante, en este puente aéreo no solo participa Aeroméxico, también se sumaron VivaAerobus y Volaris. Y es que es muy difícil que salga “a la luz” toda la logística, protocolos, procesos y procedimientos que las líneas aéreas deben efectuar para que el puente aéreo sea hoy una realidad, asertiva y segura.

Lo que hoy las aerolíneas están realizando es una labor titánica, en la que todos ponen de su parte; estos vuelos de rescate evidentemente no están programados dentro de la operación diaria de las aerolíneas.

Los pilotos, sobrecargos, mecánicos, y gente de operaciones están dando de su tiempo libre para ir a rescatar y ayudar a la gente, no crean que las aerolíneas tienen varios aviones estacionados esperando cualquier eventualidad para ser utilizados.

La reasignación de equipos, tripulaciones, los voluntarios que se apuntan a cubrir esos vuelos, sin pago alguno más que el compromiso de ayudar al prójimo es lo que hay detrás de los vuelos de rescate. Y este reacomodo de aviones y tripulaciones además hay que hacerlo de manera en que no se afecte la operación normal de las aerolíneas.

Como lo dije, no solamente van para sacar a la gente que quiere salir de Acapulco, sino que también llevan víveres, médicos, rescatistas, y no se les cobra absolutamente nada.

Las líneas aéreas son un transporte público concesionado; dentro de la “concesión” hecha por el gobierno, aceptan que cuando se requiera de ellas para vuelos de rescate, están de acuerdo que todos los costos que esto implique correrán a cargo a los concesionarios, pues es un servicio que se le brinda al país.

Por el momento todas las operaciones en el Aeropuerto de Acapulco han sido aproximaciones visuales, ya que la torre de control quedó totalmente destrozada por el paso del huracán, por eso solo se están haciendo vuelos de día y no de noche, -por si se lo andaban preguntando-.

La seguridad siempre debe imperar. Mencionaba en otra columna, que solemos despreciar lo que hacemos en México; somos proclives a criticar y decir que todo se hace mal.

No voy a entrar en politiquerías absurdas, ni en dimes y diretes, pero sí quiero dejar en claro que desde mi particular punto de vista, la industria aeronáutica de este país está respondiendo a la altura de las circunstancias.

Desde este espacio mi gran reconocimiento a pilotos, sobrecargos, mantenimiento, tráfico, operaciones, porque sé, conozco, valoro y aprecio el trabajo titánico que están haciendo para poder liberar a las aeronaves y a las tripulaciones que están haciendo estos vuelos de rescate. Manifiesto que yo sí estoy muy orgullosa de cómo la aviación nacional ha respondido al llamado de ayuda.