“Nunca eches a perder una disculpa con una excusa”.
“La ignorancia no es excusa”.
“Una excusa es media hermana de una mentira”.
DICHOS
No es cualquier bache: este se tragó completito un camión. Y no en cualquier barrio: fue en Renovación, Iztapalapa. Y no hablamos de cualquier alcaldía: esta es la cuna política de la hoy jefa de Gobierno de la capital. Vamos, que no es coincidencia: hace unos días una pipa de gas, hoy un camión repartidor de refrescos.
La Ciudad de México no se desgasta, se desmorona. Un bache que se volvió socavón, y un socavón que se desayunó un camión. ¡Un camión!
Claro, ya vienen las explicaciones de catálogo: que si las tuberías viejas, que si el pavimento endeble, que si el peso no calculado… Lo cierto es que la capital es un museo viviente de la falta de inversión en infraestructura. Y esa omisión no solo cuesta autos y mercancías: cobra vidas.
El pretexto es un clásico del repertorio político chilango: “siempre ha pasado”. Sí, pero ahora quieren que nos traguemos sus absurdas coartadas como si fueran agua de sabor.
Ejemplo: Aleida Álavez Ruiz, alcaldesa de Iztapalapa, soltó sin despeinarse: “Llegamos minutos después de que el camión cargado de refrescos se hundiera y cuando coordinábamos las acciones preventivas, el peso terminó por sumirlo. Los primeros reportes indican que es la red de drenaje, recuerden que es muy antigua, la que se colapsó. Estamos esperando la grúa tipo pluma que se encargará de sacarlo. Estamos al pendiente”.
Traducción libre: “el camión se cayó solito, pobrecito, y la grúa viene en camino”.
El manual de Morena nunca falla: si algo se rompe, la culpa es del peso o del drenaje o del mismísimo perno. Nunca de quienes gobernaron más de una década la zona —hola, Clara Brugada— y no movieron un dedo para modernizar lo que hoy colapsa.
¿Cuántos vecinos de Iztapalapa caminan sobre un tablero de ruleta rusa? ¿Cuántos en otras alcaldías? La pregunta incomoda porque la respuesta es obvia: todos.
Los pretextos ya no caben en un jarrito. No porque la 4T no lo intente, sino porque los ciudadanos estamos hartos de bebernos la misma cantaleta. Brugada no invirtió en drenajes ni en calles: invirtió en tarimas para conciertos, en selfies de eventos masivos, en clientelas electorales de aplauso fácil. Eso es lo que le reditúa a ella y al movimiento. Morena no se irá por las buenas, no señor.
¿Y la seguridad de los capitalinos? ¿Y las vialidades en condiciones óptimas? ¿Y las redes de agua, gas y luz? ¿Y el drenaje limpio para que no se ahogue la ciudad en mierda con cada lluvia? Silencio administrativo: los impuestos sirven para otra cosa.
Por eso no solo se cayó un camión en un socavón: Morena hunde entera a la CDMX. Entre ambulantes, explosivos, fugas, agua y caos vial, la capital parece un intento fallido de Utopía urbanística.
Como dice el dicho: todo cabe en un… “Jarritos”. Todo, menos la incompetencia monumental y las malas excusas que ofrece la autoridad capitalina.