Yo admiro y respeto mucho a Lilly Téllez por muchos motivos: es valiente, tiene arrojo para decir las cosas, es clara y es directa, es amable e inteligente, un buen ser humano.

Sin embargo, en este último discurso que dio, que por cierto se ha hecho muy viral y circula en todo Twitter, donde condena rotundamente el tema del aborto y de la homosexualidad, me parece que son temas que ya no deberían de estar a discusión ni tampoco en las agendas de los políticos.

El PAN se ha distinguido durante muchos años por estar ligado a la religión católica de manera muy estrecha junto con sus lineamientos, pero hoy por hoy, hay que aceptar y asumir que las cosas han cambiado.

Hay mujeres católicas que han decidido abortar y hay homosexuales que creen abiertamente en Dios.

Condenar los derechos de las mujeres y hombres por sus elecciones me parece un desacierto muy grande. Un desatino.

Y Lilly ha tocado este delicado y frágil punto, dejando a un lado y excluyendo a homosexuales y también a mujeres que hayan abortado o estén pensando en abortar.

Santiago Creel jamás tendría el discurso de Lilly Téllez

Pienso que un Santiago Creel jamás se atrevería a ser tal radical como lo está siendo Lilly Téllez en ese sentido. Ni se pronunciaría tan ferozmente en contra del aborto o de la homosexualidad como lo ha hecho Lilly.

Yo soy una persona que no se identifica ni de izquierda, ni de derecha. Soy absolutamente creyente pero también soy una fervorosamente convencida de que Dios no condena ni a una mujer que decide abortar ni a un ser humano por amar a alguien de su mismo sexo.

En mi caso, en lo absoluto yo tendría inconveniente alguno si mis hijos decidieran amar a alguien de su mismo sexo.

Ni los rechazaría, ni los condenaría, ni los haría sentir indignos del amor de Dios y pecadores.

En el tema de las mujeres que abortan, recuerdo que hace muchos años tuve una amiga que se embarazó de su novio, yo le rogué que no abortara a ese bebé, pero yo ni me hice cargo del bebé, ni le compré pañales ni dejé estudiar la carrera como ella sí lo tuvo que hacer… al final no lo abortó, pero sí que se las vio muy negras para salir adelante como madre soltera.

Hoy su hijo tendrá unos 25 años. Me dejó de hablar hace muchos años y hoy por hoy, no sé si hice bien en entrometerme en su cuerpo y en su vida y sus decisiones.

Luego tuve la experiencia de una chica que era enfermera de mi hermana quien tenía cáncer, que se embarazó y luego decidió abortar. Me lo contó llorando, cargada de culpa y angustia y no supe qué decirle más que tomarle la mano y abrazarla.

El tema y la decisión del aborto le compete únicamente a la mujer. Nadie más podríamos ni tenemos derecho de señalarla o juzgarla por decidir no tener a un bebé que quizá estaría lleno de carencias afectivas y económicas.

Insisto, yo no creo en un Dios que no ame a las mujeres que abortan. Yo no creo en un Dios que no ame a otro ser humano que ama a alguien de su mismo sexo.

Mi mejor amiga tiene como pareja a una mujer a la que ama profundamente, así que el que Lilly venga a condenar esto pues no hace más que alejarla de mucha gente…

Hoy muchas mujeres católicas abortan.

Justamente hoy se lo escuché decir a un sacerdote.

Es una realidad y está ahí.

Rechazarlas es una crueldad. Señalarlas y estigmatizarlas me parece un horror.

Nadie debe de opinar acerca de las decisiones de otras mujeres ni señalar cuál es la forma “correcta” ante los ojos de Dios de amar.

Entonces Lilly Téllez es de ultraderecha

Entonces Lilly al ya haber dejado muy en claro que no es de derecha sino de ultraderecha, no sé qué tanto abone para ganar simpatizantes.

Creo que en este siglo y a estas alturas ya estamos en el momento de no poner sobre la mesa las decisiones y derechos de mujeres y hombres en cuanto a sus preferencias y sus elecciones con su cuerpo.

Yo tengo una amiga que abortó y ha arrastrado con el trauma durante años y la amo profundamente. Jamás me he detenido a pensar si actúo mal, si Dios la va a castigar y esas tonterías. Ya bastante habrá cargado emocionalmente para tomar la decisión que tomó.

Tengo un sobrino al que amo que es homosexual, es un hombre íntegro, bueno, de gran corazón, que nunca dañaría a nadie. No me lo imagino invadido por la ira de Dios y expulsado del paraíso o del cielo el día que muera.

Para mí Dios es un Dios de amor. De un amor puro y sin preferencias.

Un Dios que nos ama con nuestras decisiones correctas o equivocadas pero que ama sin miramientos, porque solo él y nadie más que él sabe los tormentos que cada persona vive en su alma y corazón.

Así que no puede un político a venir a condenar a otros por su propia ideología.

Me parece bien que Lilly Téllez no esté a favor del aborto, digamos respeto su postura, pero de ahí a condenarlo me parece brutal.

Ser de derecha no es ser sacerdotes ni monjas… ser de derecha no es igual a ser católicos o católicas. Eso de ser de derecha y de izquierda es nada más para radicalizarnos y dividirnos pero no sirve para nada más.

Me asusta un poco el discurso y la narrativa de Lilly Téllez, expresando que la homosexualidad no debe de ser. Si yo votara por ella para presidenta pero más adelante mis hijos decidieran amar a alguien de su mismo sexo, sabría que de entrada ya contarían con el rechazo de la presidenta del país que habitan mis hijos.

Debemos ser más libres y dejar ser libres a otros también y darle la mano a las mujeres que abortan. No las condenemos más. Seamos más compasivos.

Carguémosle la mano a los corruptos, a los violadores, a los rateros, a los asesinos… ahí sí, todo nuestro rechazo y toda la ira y repudio.

Pero ya dejemos de cargar de odio y discriminación el tema de la homosexualidad. Que cada quién decida a quién amar.

En esta postura radical de Lilly no me siento cómoda ni identificada. Más bien me atemoriza.

Ojalá se pueda replantear que ella puede estar en su derecho de no estar de acuerdo con el aborto y la homosexualidad, pero que los demás tienen derecho a elegir sin que se les mire como apestados y delincuentes.

Al mundo le hace falta amor.

¿Por qué será que los políticos no ponen atención en ello?

Y perdón si algunos no coinciden conmigo. Respeto sus opiniones si difieren con la mía, pero pido seamos menos inquisidores y más compasivos con las historias de otros. Jamás sabremos el dolor que viven y lo que han tenido y tienen que soportar. No somos nadie para señalar las decisiones de otros con sus cuerpos ni con sus preferencias en el amor.

Muchos jóvenes se han alejado de la iglesia justamente por estos temas, donde todavía hay sacerdotes que abiertamente le dicen al joven que sí se va por el “camino” de la homosexualidad entonces está pecando y nunca llegará al cielo.

El propio Papa Francisco ha declarado que la persona homosexual no es pecador.

En fin… Ojalá Lilly Téllez suavice más el tema, no para darle gusto a nadie sino porque si la tenemos de presidenta para el 2024, sepamos que es una mujer que abraza los derechos de las mujeres de decidir lo que hacen con su cuerpo y de las personas en sus elecciones sobre a quien amar.

Libertad…

Es cuanto.