“La moralidad pública se refiere a los estándares de comportamiento correcto e incorrecto que son celebrados por la sociedad.

Estos estándares de conducta y valores constituyen la base de lo que se entiende como una sociedad ética.

El pago correcto de impuestos es fundamental en una sociedad basada en la ética, esto es, democrática y justa”.

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Hoy viernes 21 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum, en su conferencia de prensa matutina, dijo lo siguiente sobre la empresa televisora de Ricardo Salinas Pliego: “Este esquema de información –su línea editorial reciente que claramente llama al golpe blando– le va a ir generando a él cada vez más pérdidas porque, pues a ver qué anunciantes siguen en la televisora”.

Las grandes empresas que se anuncian en medios masivos de comunicación suelen tener códigos de ética que sus directivos tratan de no violar. Uno de los principios que guían la contratación de publicidad en radio, televisión, periódicos e internet es el de no colocarla en espacios cuyos propietarios o periodistas violen las leyes, o las normas que pudieran no estar escritas en una legislación pero que son importantes en la búsqueda del gran objetivo de avanzar hacia una comunidad ética.

No solo es absolutamente infame que los informativos de TV Azteca, lo mismo que su propietario en redes sociales, insulten con vulgaridad extrema a la presidenta de México. También es condenable, inclusive bastante más lamentable que las ofensas contra Sheinbaum, la línea editorial de la televisora y los comentarios de Salinas Pliego en plataformas como X que, como ha quedado evidenciado, van dirigidos a generar odio y miedo con el único propósito de sembrar lo que este empresario y sus periodistas consideran es una semilla de ingobernabilidad.

La línea editorial de TV Azteca, abiertamente de oposición no democrática al gobierno de Claudia Sheinbaum, ha surgido no de convicciones políticas o ideológicas del dueño de este grupo mediático, sino del enojo ya enfermizo de don Ricardo Salinas Pliego porque, al fin, se le va a obligar a pagar decenas de miles de millones de pesos de impuestos, obligación que ha eludido con chicanadas legaloides desde hace tres sexenios.

Habrá anunciantes, es decir, podría haberlos aunque francamente lo dudo, cuyos códigos de ética permitan pautar sus comerciales en medios de comunicación decididos a desestabilizar a gobiernos democráticos. Como posibilidad, es verdad que empresas así existan, pero de ninguna manera serán la mayoría.

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La verdad de las cosas es que la línea editorial tan antidemocrática de TV Azteca terminará por alejar a las compañías que se anuncian en la televisión y en sus códigos de ética defienden los principios que guían a las sociedades libres y Estado de derecho.

No solo por su falta de compromiso con la moralidad pública perderá Salinas Pliego anunciantes, también ocurrirá porque, en su obsesión por llenar las calles de personas inconformes con la presidenta Sheinbaum, está demostrando que a sus canales de televisión muy poca gente los ve.

El secretario de Gobierno de la Ciudad de México, César Cravioto, denunció ayer 20 de noviembre que las televisoras de Salinas Pliego llamaron durante horas a una segunda manifestación de la llamada Generación Z que buscaba echar a perder el desfile conmemorativo de un aniversario más de la Revolución mexicana. El resultado fue que salieron a manifestarse menos de 200 ingenuos: fracaso total.

Las mediciones de ratings no son precisas. Además de que se trata de trabajos estadísticos que pueden fallar si se realizan con todo el rigor de la ciencia probabilística, lo cierto es que son manipulables. TV Azteca puede entonces presumir altísimos niveles de audiencia, pero que su convocatoria tan intensa haya resultado totalmente desairada, habla de que se trata de canales de televisión en los que no conviene anunciarse porque el público los ha abandonado.

En resumidas cuentas, los anunciantes van a terminar por abandonar a TV Azteca, en primer lugar, para no entrar en problemas reputacionales, y en segundo porque nadie ve, como ha sido demostrado, los canales del señor Salinas Pliego.

Afortunadamente para las empresas anunciantes hay opciones, muchas, todas periodísticamente muy serias y algunas con grandes raitings.