Monero Hernández ha demostrado una vez que sus convicciones, por más polémicas e incómodas que resulten para algunos grupos de poder, son mucho más fuertes que cualquier oferta o tentación política, como el caso de Latinus.

En un mensaje en su cuenta de Twitter, Monero Hernández dio a conocer que la plataforma Latinus tuvo el detalle de invitarlo a participar como panelista en uno de sus programas, pese al evidente choque de principios y valores entre ese proyecto y el caricaturista.

En su respuesta, Moreno Hernández agradeció la invitación por parte de Latinus, pero aclaró que en diversas oportunidades ha señalado los vicios y obsesiones de esa plataforma, por lo que no sería congruente de su parte asistir a un encuentro en sus instalaciones, mucho menos con sus dos principales figuras: Carlos Loret de Mola y Brozo.

Monero Hernández forma parte de esa “generación dorada” de columnistas, caricaturistas y humoristas, que alzó la voz durante “el salinato” y se consolidó como la nueva izquierda mexicana durante la década de los 90 e inicio de los 2000.

Con sus caricaturas y críticas, José Jorge García Hernández ha logrado poner en jaque a diversos actores políticos, al tiempo que ha inspirado a toda una nueva camada de jóvenes interesados en “la cosa pública”.

El rechazo a Carlos Loret y Brozo no es nuevo y mucho menos injustificado. Apenas hace unos días, Loret y Brozo se burlaron del trabajo de Monero Hernández.

En uno de los episodios de su programa en Latinus, Loret y Brozo hicieron una parodia del inolvidable “Amlito” dibujado por Monero Hernández en 2005 como apoyo a AMLO para la histórica “marcha contra el desafuero”. El payaso lo calificó como un “alumno aventajado” en el culto al presidente.

Monero Hernández y su Amlito contra Latinus

El Amlito de Hernández es un legado histórico para todos aquellos que han acompañado al presidente AMLO en la lucha por la democracia y en contra de la corrupción.

Hacia finales del gobierno de AMLO en el entonces DF, en calles de la ciudad era común ver calcomanías del “AMlito” en las ventanas de las casas y los coches, incluso en los cuadernos que los niños llevaban a la escuela.

El Amlito y su frase “Sonríe, vamos a ganar” se convirtió en una muestra de esperanza para todos aquellos ciudadanos convencidos que el cambio estaba venir. La transformación tardó otros 12 años, pero durante todo ese tiempo Monero Hernández se mantuvo a flote en medio de la guerra contra el narco de Felipe Calderón y el descaro de la opulencia y corrupción de Enrique Peña Nieto.

Ahora, lo menos que Monero Hernández puede hacer es darle las gracias a Latinus por la invitación, pero por supuesto que su integridad y dignidad se mantienen intactas como desde el inicio de la lucha por la transformación de México.

No es que Monero Hernández huya al debate o la confrontación de ideas, es que ir a Latinus y levantarles el rating es prestarse a su juego sucio y desesperado rumbo a las elecciones de 2024, donde saben que las enormes apuestas de su proyecto político se van a topar con pared y el fracaso será inevitable.

¿Será que Latinus ya se dio cuenta que “no hay tiro” para el 2024 y ahora busca sumar voces de la 4T para calmar las aguas?

En Barruntos Políticos reconocemos la integridad de Monero Hernández para no prestarse al ejercicio “levanta muertos” de Latinus. Y mire que si uno se dedica a la comunicación y el periodismo no es precisamente que abunde el dinero y el trabajo, pero una cosa es ganarse la vida con caricaturas y otra aceptar los tristes pesos de un grupo conservador obsesionado con la calumnia.