“El reino de la verdad se divide, objetivamente, en distintas esferas. No está en nuestro albedrío el modo y el punto de deslinde entre las esferas de la verdad.”
Edmund Husserl
“¡Despreocupado estaba el amor y entonces llegaron los problemas!"
Khaled Hosseini
Esta columna bien podría titularse: “Estados Unidos combate; México se deslinda”. Porque la premura con la que la 4T salió a aclarar que no tuvo nada que ver con el golpe al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es, por decirlo suave, sospechosa.
¿Por qué tanto énfasis en borrarse del mapa? ¿Para que Trump y los gringos no se metan en “nuestras” cosas? ¿Para que la DEA nos dé por muertos y ni siquiera avise cuando actúe? ¿O, quizá, para que los narcos no piensen que el “segundo piso de la transformación” se les pone al brinco? Total, algunos estamos convencidos de que Morena no muerde la mano que lo alimenta.
Los números impresionan: 670 detenidos, 22.8 toneladas de cocaína, 6 toneladas de metanfetaminas, 30 toneladas de fentanilo y 75 toneladas de heroína (solo esta última, con valor de unos 2.4 millones de dólares). Además, 18.6 millones de dólares en efectivo, 29.6 millones en activos y 244 armas de fuego. Todo cortesía de la DEA. En territorio estadounidense. Nada que presumir de este lado.
Pero ojo, para quienes creen que la 4T no colabora con el narco, cabe otra lectura. Como diría Loret: está la Claudia de los dichos —la de la mañanera, que jura que “nada tuvo que ver”—, y la Claudia de los hechos, la que en la tarde sí trabaja y que, quién sabe, quizá echó una mano para que la droga cayera. Si eso es cierto, entonces su gabinete de Seguridad estaría en la mira del crimen organizado. Igual que varios de la 4T están en guerra contra Omar García Harfuch.
Lo cierto es que con marinos y mandos estatales coludidos hasta el cuello, la DEA tiene razones de sobra para no compartir información con México. Así que no, no es una “aclaración” del gobierno. Es una confesión disfrazada: no nos invitan porque ya nadie confía en nosotros.
Mientras Terry Cole, director de la DEA, sonreía presentando el botín —drogas, bienes, armas, millones en efectivo— aquí se encogían de hombros: no participamos.
Para dimensionar, solo las 22.8 toneladas de cocaína decomisadas rondan un valor de 1,450 millones de dólares (casi 29 mil millones de pesos). Y eso es apenas una mordida al pastel. Un pastel que demuestra el tamaño del monstruo que ya no solo vive en México; también está enquistado en Estados Unidos y, claro, en media docena de países más.
No es casual que Washington catalogue al CJNG como organización terrorista. Terroristas con presupuesto de petrodólar. ¿Qué tal?
El golpe, hay que decirlo, fue quirúrgico. Afectó redes de distribución, inmuebles usados para lavar, narcomenudeo, usuarios, todo. Y vendrán más. Sería ingenuo pensar que 670 arrestos no tengan consecuencias aquí. Puede que no todos sean peces gordos, pero entre tanto detenido, alguien va a cantar.
En resumen, un estupendo golpe al narcotráfico… en el que la 4T no colaboró. O peor, al que la 4T no fue invitada.
Giro de la Perinola
Reforma lo publicó primero. Sin escándalo, sin aspavientos. Solo con datos. Datos que dimensionan el tamaño del cáncer. Y del silencio cómplice de este lado.