Domingo de reapertura del tramo subterráneo de la línea 12 del metro de la Ciudad de México. Hacía falta contar algo bueno. Ya era intolerable la serie de accidentes (¿accidentes?) relacionados con el sistema de transporte colectivo.

Claudia Sheinbaum dio el banderazo de salida y en las redacciones de los medios de comunicación imperó la decepción: no era nota. Ni hablar, lo positivo nunca es noticia, no de las que llaman la atención y generan muchísimas lecturas o atraen a las audiencias en forma masiva.

Satisfecha, Sheinbaum subió al metro. La acompañaron dos o tres de sus colaboradores. Hasta un palomazo se aventó algún pasajero. Todo estaba tan bien...

El resto del domingo iba a ser tranquilo para las autoridades de la CDMX. Podían irse a comer y olvidarse un momento de tantos accidentes (¿accidentes?) que se han presentado en el metro.

Pero… durante la tarde del domingo supimos que hubo un accidente más en el metro de la capital del país. ¿Accidente? Creo que ya debemos entender lo que está pasado.

Lo que ocurrió no pudo ser accidental: un tren de la Línea 7 se separó en la estación Polanco. Alguien tuvo que haber manipulado las cosas para que eso ocurriera. Sabotaje, digamos las cosas como son.

Hubo pánico. Afortunadamente nadie resultó lesionado. Pero la siembra de terror en el metro de la Ciudad de México no ha parado.

Comprensiblemente la gente tendrá miedo de utilizar el metro; lo que se pretende con las acciones de sabotaje.

Pero el miedo no paralizará a quienes usen el sistema de transporte colectivo porque la Guardia Nacional está ahí para garantizar la seguridad de todas las personas.

Lo que sigue es llevar las investigaciones hasta sus últimas consecuencias, caiga quien caiga. No hay opción: la mente criminal detrás de la siembra de terror deberá ser descubierta y castigada.

Después del sabotaje de este domingo 15 de enero de 2023 —el enésimo en el arranque del año— espero que la comentocracia recupere la objetividad y reconozca que los gobiernos local y federal no mintieron, que verdaderamente alguien busca acabar con la jefa de gobierno. La única razón para ello es la candidatura presidencial de Morena para las elecciones de 2024.

Claudia Sheinbaum debe resistir. No será sencillo, pero con autoridad moral y decencia siempre es posible derrotar a la perversidad.