Hace algún tiempo, en alguna columna publicada en este espacio, ya les había platicado que el arranque operativo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) iba a ser lento, sí muy lento. Pero para tener un contexto certero, no podemos olvidar que en el país tenemos un total de 78 aeropuertos.

Sé de sobra que hay quien hace comparaciones irreales para tratar de implementar la narrativa de que en el AIFA “no se paran ni las moscas”, pero también me consta que uno de los factores más importantes que nos impide crecer de forma mucho más acelerada, es la degradación a Categoría 2.

Así lo he comentado en diferentes foros, en el sentido de que el decreto, todavía no publicado en el Diario Oficial de la Federación, cuya finalidad es trasladar todas las operaciones de carga al AIFA, no se podrá llevar a cabo si nuestra aviación continúa degradada a Categoría 2, aunque el presidente se pare de cabeza, y de vueltas de carro por los pasillos de Palacio Nacional; no se podrá mientras subsista la medida impuesta por la FAA estadounidense.

Pero hablemos del crecimiento lento del AIFA. No debemos dejar de lado, nunca, que forma parte de un proyecto aeroportuario metropolitano, en el que están involucradas tres terminales aeroportuarias: por supuesto, a la cabeza el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pero no todo deberá recaer en él, sino que de manera complementaria están el Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), y por supuesto nuestro protagonista de hoy: el AIFA.

Un aeropuerto que lleva mucho tiempo en el ojo del huracán, y ha sido destinatario de un sinfín de epítetos, no siempre buenos. De hecho, con más notas hablando mal de él. Ha sido de tal magnitud la mala leche que un día sí y otro también, en medios y redes sociales se dicen barbaridades de este nuevo aeropuerto, y cuando llegan los pasajeros se sorprenden y sobre todo, muchos de ellos no alcanzan a comprender por qué de la mala fama. Sí, estoy hablando del video que se hizo viral de los dos turistas canadienses, en el que este par de turistas no entendían la mala fama, pues les gustó mucho las instalaciones de la nueva terminal aérea.

La realidad es muy distinta a la narrativa mentirosa que buscan imponer los viudos del NAIM. Hoy antes de que cumpla un año de operaciones, el AIFA ha entrado al “Top 10″ de aeropuertos más transitados del país.

La inauguración del AIFA fue el 21 de marzo del año pasado, estamos apenas por terminar el primer mes del año 2023, y el que haya entrado dentro de los 10 aeropuertos más utilizados, es una verdadera hazaña.

Porque así como con el transporte de carga, cuya mudanza dependerá no solo del decreto, sino de la recuperación de la Categoría 2, estamos viendo que el AIFA está creciendo y bien, a pesar de los obstáculos propios y naturales de un aeropuerto nuevo, y de las trabas mediáticas y descalificaciones que se hacen, sin conocimiento de causa. Nadie niega que tenga temas pendientes y por resolver, pero también es obvio que la gran mayoría de quienes lo descalifican, ni siquiera lo conocen.

En este “Top 10″, elaborado por las cifras que reporta la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) tenemos por supuesto al AICM, el aeropuerto de Cancún, así como los de Guadalajara, Monterrey, seguidos por Tijuana, Los Cabos, Puerto Vallarta, Mérida y Culiacán.

Esto va de la mano con la conectividad vía terrestre y por supuesto, con dejar de pensar que solo los pasajeros viven en el eje Roma-Condesa. El AIFA tiene muchísimo potencial, y lo está demostrando en los hechos, ya que comenzó operaciones transportando tan solo 14 mil pasajeros en marzo pasado, y cerró de manera fabulosa el mes de diciembre con más de 200 mil pasajeros transportados.

Evidentemente el AICM o Cancún, durante todo el año pasado transportaron muchísimos más pasajeros, pero ¿cuántos años tiene el AICM o Cancún funcionando? Les repito, el AIFA todavía no cumple el primer año operando; ya veremos su despunte una vez que regrese nuestra aviación nacional a Categoría 1. Todo lo contrario pasa en el AIT, el otro aeropuerto complementario al AICM o al Sistema Metropolitano de Aeropuertos.

Otro detonante será la terminación de las obras del tren que conectará la terminal aérea, y será otra forma de llegar al aeropuerto. Como se hace en casi todo el mundo, porque hay que decirlo con todas sus letras, ahora que hemos visto el pleito tan vergonzoso entre los taxistas y el servicio de transporte por aplicación en Cancún, no hay otra forma de llegar a dicho aeropuerto más que en automóvil; ahí de verdad “no hay de otra”, pues no cuentan con ningún metro o tren.

Como tampoco lo hay en los aeropuertos de Guadalajara, Monterrey o Los Cabos; ¡Vamos!, en ningún otro aeropuerto hay otra forma de llegar más que en auto y en muchos de ellos incluso se toma carretera para poder llegar a la ciudad.

Desde aquí celebramos el crecimiento de pasajeros en el AIFA, porque eso significa una mayor derrama económica para el país, y eso nos beneficia a todos. Les aseguro que al usarlo, nadie les va a preguntar por qué partido político votaron, o si han tuiteado algo en contra del AIFA.

Son instalaciones que forman parte de la infraestructura de telecomunicaciones de nuestro país, y punto. ¿O a ustedes les importa tanto que los lujosos departamentos de Santa Fe estén construidos sobre un relleno sanitario?, ¿o que el llamado “Nuevo Polanco” en realidad era una zona de fábricas? muy cercana al rastro de la Ciudad, por cierto.

No creo que el crecimiento del AIFA se revierta, sino que irá en aumento, poco a poco y con calma, como debe ser. No vale la pena, desde mi punto de vista, seguirle llorando al fantasma del NAIM.