Cruz Pérez Cuellar, presidente municipal de Ciudad Juárez y Juan Carlos Loera de la Rosa, delegado de los programas del Bienestar, se culpan mutuamente por la muerte de migrantes.

Durante varios días, los funcionarios han intercambiado acusaciones por la muerte de 39 migrantes por el incendio en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez.

Fue la noche del pasado lunes 27 de marzo cuando ocurrió un incendio en la estación del INM en Ciudad Juárez, el cual dejó un saldo de 39 migrantes muertos.

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Incendio en estación migratoria de Ciudad Juárez (Cuartoscuro / Juan Ortega Solís)

Alcalde de Ciudad Juárez y delegado de los programas del Bienestar intercambian acusaciones por muerte de 39 migrantes

En un inicio, Juan Carlos Loera de la Rosa acusó al alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuellar, de haber promovido la xenofobia y las redes en contra de los migrantes.

Por su parte, el presidente municipal señaló que el delegado de los programas del Bienestar en la región, debería dedicarse a trabajar en lugar de hacer campañas contra su gobierno.

En el mismo sentido, Pérez Cuellar aseveró que el funcionario federal inició una campaña bien orquestada para culpar al gobierno municipal de lo ocurrido.

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Cruz Pérez Cuellar afirma que Juan Carlos Loera de la Rosa pudo hacer algo para evitar la tragedia

El alcalde resaltó que desde su perspectiva, Juan Carlos Loera de la Rosa, como representante del gobierno federal, sí pudo haber tomado acciones preventivas para evitar una tragedia.

Y es que aseguró que el funcionario sí pudo percatarse de las condiciones en las que estaba la estancia migratoria y la inseguridad que privaba en ella.

“Si se hubiera puesto a trabajar en lugar de estar criticando permanentemente al gobierno municipal, quizá se pudo haber evitado esta tragedia”

Cruz Pérez Cuellar

También dijo que como alcalde, él sí evitó una tragedia en el bordo, pero reiteró que Juan Carlos Loera de la Rosa pudo haber evitado esta tragedia de los 39 muertos.

Finalmente, comentó que entiende la desesperación del delegado del Bienestar, porque “debe sentirse muy culpable o está cargando” con las muertes.