Te compartimos una oración poderosa a San Lorenzo por la sanación de quemaduras.
San Lorenzo es una de las figuras más populares que existe en la iglesia católica, ya que se le reconocen varios milagros.
Esta es la oración poderosa a San Lorenzo por la sanación de quemaduras
La oración poderosa a San Lorenzo por la sanación de quemaduras dice así:



Al ser nacido(a) fui lavado
Por mi madre blanca y pura
Que de la carne cocida
Se forma la carne cruda.
El fuego no tiene frío.



El agua no tiene sed.
El aire no tiene calor.
El pan no tiene hambre.
San Lorenzo curad estas quemaduras
Por el poder que Dios os ha dado.
Pues con Dios tanto valéis,
En nuestro mayor conflicto,
Pedimos, Lorenzo invicto,
Que a todos nos amparéis.
De Huesca la vencedora
Fuisteis a Roma a triunfar,
Y con Sixto a renunciar
De cuanto el mundo atesora
Por eso el Orbe os adora,
Y ofrece lo que queréis
Pedimos, Lorenzo invicto,
Vuestra heroica devoción.
Amén"
La oración a San Lorenzo que te acabamos de compartir es una de las más tradicionales que hay.
Sin embargo, también existen otras plegarias que puedes realizar a San Lorenzo como esta:
“San Lorenzo milagroso, que has tenido que sufrir el martirio del fuego, propiciado por los pérfidos romanos.
Tú que has tolerado estoicamente las brasas en tus carnes, te pido por la sanación de las quemaduras que ha sufrido (se menciona el nombre del paciente).
Te pido que la sagrada sanación de nuestro señor, imponga en tus manos el don milagroso de la curación de mis quemaduras.
Te pido que mi piel sane, en el nombre del creador…
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.”

¿Quién fue San Lorenzo? Origen del santo que ayuda curar quemaduras
San Lorenzo fue uno de los siete diáconos que ayudó al Papa Sixto II en la administración de la Iglesia Romana.
Junto al Papa, San Lorenzo fue víctima de la persecución de Valeriano.
Tanto el Papa Sixto II y sus diáconos fueron arrestados y decapitados el 6 de agosto del año 258.
San Lorenzo sería capturado el 10 de agosto. Al ser griego no se le concedió la muerte rápida como a un ciudadano romano.
Lamentablemente, San Lorenzo fue encadenado a una parrilla y fue quemado en ella.
