Una mujer tuvo que ser hospitalizada de emergencia después de que su perrita, una chihuahua de nombre Belle, le hiciera popó en la cara debido a una diarrea repentina.

“Estaba tomando mi siesta de la tarde con Belle, como siempre lo hago, cuando de repente sentí que algo salía a chorros en mi boca”, contó Amanda Gommo, de 51 años.

La perrita no le había hecho popó en la cara por descuido, sino que se había enfermado por un virus estomacal que le transmitió a su dueña, por lo que la mujer también tuvo que ser hospitalizada.

“Fue repugnante y estuve vomitando violentamente durante horas después. Simplemente no podía quitarme el sabor de la boca”

Amanda Gommo.
Amanda Gommo, su perrita le hizo popó en la cara

Gommo comenzó a mostrar signos de los mismos síntomas de Belle, y enfermó rápidamente, por lo que buscó atención médica de prisa y una ambulancia la condujo al hospital.

Belle, la perrita, fue conducida al veterinario y a la mujer le recetaron tres analgésicos para los calambres estomacales, así como beber mucha agua para eliminar cualquier posible infección.

Sin embargo, sus síntomas empeoraron durante las siguientes 48 horas y los calambres finalmente se extendieron por todo el cuerpo.

Amanda Gommo, su perrita le hizo popó en la cara

Perrita transmite infección a su dueña tras hacerle popó en la cara

Amanda Gommo, una mujer británica de 51 años, fue hospitalizada de emergencia luego de que su perrita le hiciera popó en la cara.

A pesar de que recibió atención médica rápidamente, los calambres llegaron a todo el cuerpo, estaba deshidratada y tenía diarrea, además de que sus riñones se habían reducido a la mitad de su tamaño.

En el hospital le diagnosticaron una infección gastrointestinal que había pasado a través de la popó de su perrita a su boca dos días antes.

“He perdonado a Belle por su pequeño accidente y aún la amo con todo mi corazón, pero seré más consciente de en qué posición dormiremos ahora”

Amanda Gommo.
Amanda Gommo, su perrita le hizo popó en la cara

En consecuencia, la mujer estuvo bajo observación durante tres días mientras la rehidrataban con los electrolitos y la glucosa que había perdido durante la terrible experiencia.

Amanda ya se encuentra de nuevo en casa recuperándose, mientras que su perrita también avanza satisfactoriamente, aunque es posible que ya no sea invitada a dormir en la cama durante un tiempo.

“Mi nota de alta decía que había sufrido una infección gastrointestinal causada por un perro que defecaba en mi boca, algo que los médicos nunca habían presenciado antes”, cuenta Amanda.