“Las comparaciones matan, casi siempre.”

Walter Riso

“Sin embargo, incluso ahora llora cuando lo recuerda, y establece entre él y yo comparaciones nada halagadoras para mi amor propio; pero yo la dejo, porque así ella se imagina, al menos, que ha sido algún día feliz.”

Fiódor Mijáilovich Dostoyevski

16 años. Enfrentó grandes crisis económicas y políticas. La financiera del 2008, que llevó a un pacto fiscal europeo; la del euro; la gran deuda de Grecia; el Brexit; la de los refugiados sirios en 2015; el calentamiento del planeta; el ascenso de los escépticos de Europa; los 4 años de Donald Trump, y la pandemia del coronavirus.

Por si fuera poco, las crisis propias de su país; como es el ascenso de la extrema derecha y buscar que el nivel de vida de la parte oriental de Alemania alcance a ser el mismo que en la occidental.

16 años de ser la líder política del mundo occidental a través de un gobierno ininterrumpido.

Pero ahora, antes de ir por un quinto mandato, ha decidido no presentarse a la reelección. Es la primera canciller en funciones en la Alemania de la postguerra que no se postula a una reelección. Pero, bueno, también resultó ser la primera mujer que gobierna Alemania, la segunda jefa de gobierno con mayor tiempo en el cargo, la primer ministra que proviene del Este… Pero lo más importante: quien consolidó a su país como un nodo político y económico mundial.

Votación

Este domingo los alemanes acuden a las urnas para renovar el Bundestag, su parlamento, y elegirán nuevo primer ministro. Terminará con ello la era Angela Merkel; después de esos 16 años de gobierno se despide con una aprobación del 80% por parte de sus compatriotas.

Merkel se adaptó a los tiempos. Como muchos en Europa del Este, vivió el comunismo en su juventud y ya como gobernante nunca lo quiso para su país. Al revés, procuró integrar de forma completa a Alemania al bienestar occidental.

Entendió, también, que se tenía que ver por el futuro del planeta y abandonó la energía nuclear. Alemania se convirtió en el primer productor de energía eólica y paneles solares del orbe y es impulsora del cambio absoluto a vehículos que ya no sean de combustión interna.

La llamada “madre de la nación”, ante la crisis de la pandemia decidió apoyar a todos los empresarios alemanes. Desde la empresa más importante de viajes a nivel mundial, Lufthansa, hasta las más pequeñas que solicitaban apoyo del gobierno, para con ello no despedir a sus empleados.

Supo plantearle cara a Donald Trump y no ceder ante sus berrinches de fanático extremista. Lo mismo que hizo en su última visita al Bundestag donde pidió a sus compatriotas y demás representantes políticos no perder quitarle el ojo de encima a China ni a Rusia.

Las 4 Ds

Otra gran mujer, Christina Lagarde, exdirectora del Fondo Monetario Internacional, dice que Angela Merkel siempre cumplió con ‘las 4 Ds’: diplomacia, diligencia, determinación y deber. Y sí, la líder alemana nunca culpó a gobiernos pasados de los problemas con los que se topó en Alemania al asumir el poder. Tampoco a los romanos (Italia) de hace más de 1,500 años por haber conquistado las regiones teutonas, ni a los franceses por aquello de que Napoleón invadió tierras germanas y asestó una cruenta guerra hace 200 años. Sencillamente —ni tan sencillo— se concentró en gobernar en el presente para lograr un mejor futuro.

Momentos duros los tuvo, como errores también, sin lugar a dudas. Pero no culpó a los conservadores ni a los izquierdistas de sus pifias, ni a la oposición, ni a las diferentes ideologías fuesen comunistas o neoliberales.

Su principal tarea fue lograr que un país dividido se convirtiera en uno grande, donde las diferencias pudieran ser acortadas para que los alemanes no se vieran entre sí como extraños. Apostó y trabajó por la unión.

Merkel deja la estructura y burocracia alemana —ya no se diga al país— mejor de como lo tomó, además de un ala extremista que solo busca el odio bastante debilitada.

Si uno compara a la mejor líder estadista de estos tiempos convulsos y aciagos que vivimos con otros gobernantes..., las diferencias duelen.

Angela Merkel en el mundo, la vamos a extrañar. Y sí, ojalá Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, tuviera al menos un poquito del oficio y la actitud que siempre mostró ella.