TENGO OTROS DATOS

Personalidades del espectáculo como Eugenio Derbez, Natalia Lafourcade, Omar Chaparro, Bárbara Mori y Rubén Albarrán se pronunciaron hace unos días en contra del tramo 5 del Tren Maya. Al parecer a estos famosos que no son apoyados por los habitantes de la zona, les hace falta información acerca de la obra de infraestructura del sureste y su protesta da la impresión que es un acto contra el Gobierno de la Cuarta Transformación más que una lucha ecológica por salvar la selva.

El proyecto ferroviario del sureste no es nuevo, desde hace muchos años existen vías del ferrocarril en Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas, en el único lugar donde se montarían rieles nuevos seria en la parte del estado de Quintana-Roo y si habría una afectación al medio ambiente, pero mucho menor a la que ha sufrido el lugar con la instalación de complejos turísticos, la extracción de minerales para la construcción de carreteras y la desforestación que se hace para conseguir maderas preciosas.

El gobierno de Enrique Peña Nieto anunció en 2013 el lanzamiento de la licitación para la construcción del Tren Transpeninsular que irá de Yucatán a Quintana Roo. El proyecto que se diseñó en el sexenio pasado se construiría mediante la figura de las asociaciones público-privadas. La propuesta para el ferrocarril de hace unos años fue muy aplaudida por el sector privado, pero este plan no se concretó por motivos presupuestarios.

Los años comprendidos entre 1980 y 1993 fueron de gran importancia para el crecimiento y la consolidación estratégica de Playa del Carmen y Tulum como centros turísticos, urbanos, sociales y con suma repercusión económica, siendo esta aparente “bonanza” la causante de deterioro ambiental de la zona por la construcción de hoteles e infraestructura urbana, que desbastaban la selva.

La operación de la minera de los Estados Unidos que tiene como su filial en México a Calizas el Caribe mexicano (Calica), para la extracción de piedra caliza que es conocida en la región con el nombre maya de sascap, causa serios daños al medio ambiente de una zona de Quintana-Roo ya que para la extracción del mineral se hace por medio de detonaciones de zonas vírgenes de la selva.

La explotación de años de este producto minero ha llevado a la devastación del terreno de la zona llegando a trastocar el manto freático, sin que ninguna autoridad del pasado les haya puesto freno.

El sascap tiene un alto valor en el mercado internacional y se usa para la construcción de carreteras y de otras obras de infraestructura.

Legacy Vulcan es una empresa muy poderosa y es la mayor productora de materiales pétreos en los Estados Unidos, entre ellos el asfalto y concreto premezclado. La minera se constituyó desde hace muchos años en el Estado de Delaware, y la operación en México se basó en la legislación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El permiso para la explotación de los materiales mineros de la zona lo otorgó la Dra. Julia Carabias en noviembre del 2000 en su calidad de secretaria del Medio Ambiente del gobierno del presidente Ernesto Zedillo.

Lo que tendrían que saber los famosos que protestan contra el proyecto ferroviario del sureste es que la construcción del Tren Maya es un cambio de paradigma en la historia del ferrocarril en Yucatán, ya que este proyecto se hace para detonar el desarrollo económico de la zona y ser una fuente de bienestar para las poblaciones y comunidades por donde correrá este medio de transporte a diferencia de cuando se hizo el ferrocarril en la península de Yucatán a principios del siglo pasado, que fue usado para explotación de las riquezas naturales de la zona y de las población originaria.

La necesidad de transportar y comercializar productos como la fibra de henequén, el chicle, las maderas como la caoba y el cedro, el palo de Campeche entre otros, que son nativos de la península yucateca, hizo que el gobierno de Porfirio Díaz junto con terratenientes de esa parte del país construyera las vías ferroviarias de la zona.

Entre 1898 y 1906, se crearon las rutas ferroviarias: Mérida-Campeche, Mérida-Peto, y Mérida-Valladolid. En 1912 se inaugura la vía Mérida-Sotuta y en 1913 la vía Mérida-Tizimín y con ramales de vía angosta de la capital yucateca a Motul, Cansahcab, Temax. Quintana, Muna y Ticul.

El funcionamiento del ferrocarril en Yucatán en los primeros lustros del siglo XX es una historia trágica que está ligada a la explotación inhumana de que eran objeto poblaciones indígenas y mestizas en las haciendas henequeneras, así como en la selva de Quintana Roo.

El Tren Maya usará para su construcción muchas vías ya hechas en el siglo pasado, por el gobierno del dictador Porfirio Díaz, y la vía que se hizo en los años 50 del siglo pasado de Palenque, Chiapas a Valladolid, Yucatán, pero el proyecto no se hará bajo los mismos objetivos de explotación de la población originaria que se dio hace más de 100 años, sino que el plan tendrá metas muy distintas que es la de ser fuente de bienestar para los habitantes de la zona y comunidades de cada uno de los estados involucrados.

Según una evaluación de ONU-Habitat, que es programa de Naciones Unidas para los asentamientos humanos, el proyecto del Tren Maya genera más de 900 mil nuevos empleos y sacará de la pobreza a más de un millón de personas de la zona.

El ferrocarril que se está construyendo en el sureste del país está considerado un uso “Energético Dual o Híbrido “que se compone de energía eléctrica y un diésel especial refinado en su etapa inicial y que, está contemplado que en no más de una década podrá hacer su conversión total a hidrógeno haciéndolo totalmente ecológico”.

La construcción del Tren Maya provocará un leve impacto ambiental que contempla derribar “6637 individuos arbóreos afectados en el tramo Palenque-Izamal” y otros más en Quintana-Roo, pero habrá programas de reforestación y acciones de mitigación, además de contemplar no hacer daño a los ríos subterráneos y cenotes de esa parte del país.

La trágica historia del ferrocarril de Yucatán puede dar un giro de 180 grados con el actual proyecto ferroviario del sureste del país y que este medio de transporte ya no contribuya a la explotación de la población indígena de esa zona y por el contrario se convierta en un vehículo para sacar de la pobreza a los habitantes de esa región y se detone el desarrollo económico.

Los famosos que protestan contra el Tren Maya deberían de conocer más de la historia de la zona y la terrible devastación ecológica que ha sufrido esa parte del país, pero no por el proyecto ferroviario de la actual administración federal y ser más transparentes en sus peticiones y saber que realmente pretenden.