Hay tres instrumentos de políticas públicas educativas en México que conviene revisar en la actual coyuntura nacional y local: El Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030; los cien compromisos que dio a conocer la presidenta Claudia Sheinbaum en octubre de 2024 y el Programa Sectorial de Educación 2025-2030.
El pasado 28 de febrero de 2025, la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados publicó el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025-2030. El PND es el principal instrumento de organización y proyección de las políticas públicas del gobierno federal, de las diferentes áreas de la gestión administrativa en México. (Ver: Gaceta Parlamentaria, Año XXVIII. Palacio Legislativo de San Lázaro, viernes 28 de febrero, 2025. Número 6731-I).
En el actual PND se señala lo siguiente con respecto al desarrollo profesional de las y los docentes de la educación básica y media superior en servicio: “El reconocimiento y capacitación docente son fundamentales para la transformación educativa del país. Es necesario fortalecer un sistema de admisión, reconocimiento y promoción transparente que garantice los derechos laborales de los docentes y considere la diversidad de los contextos en los que se lleva a cabo su labor” (p. 46).
Entre los cien compromisos dados a conocer por la doctora Sheinbaum el año pasado, hay que recordar aquellos que se refieren a programas, planes, estrategias o acciones del gobierno federal en materia de educación pública. Veamos:
“21. Todos los estudiantes de primaria y secundaria tendrán beca si van a la escuela pública e iniciará la inscripción a nivel secundaria para 2025; 26. Continuará el modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana; 27. (El) Magisterio Nacional seguirá siendo reconocido y desaparecerá la USICAMM; se trabajará conjuntamente en nuevo sistema de promoción y permanencia que garantice el derecho a la educación; 28. Seguirá (el) programa La Escuela es Nuestra, ahora en (educación) media superior; 29. (El) horario de primarias se irá extendiendo gradualmente para enseñar educación física y artística; 30. Las escuelas públicas serán espacios de prevención de salud, de adicciones, salud bucal y mental más el programa visualiza tus sueños, examen de la vista y lentes gratuitos; 31. Se fortalecerán las preparatorias públicas, la educación media superior (será un espacio) para que puedan continuar sus estudios y no abandonen la escuela una vez (que) se gradúen (las y) los estudiantes de secundaria; 32. Ampliación de la educación superior y se harán nacionales las universidades Rosario Castellanos y de la Salud, más el aumento de 300 mil espacios más en universidades; 33. México será potencia científica y de educación, se apoyarán las ciencias; 35. Apoyará el deporte comunitario y se impulsarán los semilleros deportivos y a atletas de alto rendimiento; 36. (Se) creará el sistema más ambicioso de educación y creación artística formal y comunitaria, para consolidar escuelas del INBAL y promover educación artística en las escuelas. En cada escuela pública habrá banda, coro, creación literaria, espacios de encuentro; y 40. Una república de lectores con círculos de lectura: más ferias de libros, bibliotecas y producción de libros a bajo costo".
El Programa Sectorial de Educación 2025-2030 (PSE, SEP, 2025), por su parte, es el instrumento más relevante de planificación de las políticas públicas del sector educativo (PPE) de la administración federal durante el sexenio, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 5 de septiembre de 2025. Hace apenas 21 días.
En la sección de diagnóstico, el PSE 2025-2030 señala lo siguiente: “En el ciclo escolar 2023-2024, el Sistema Educativo Nacional (SEN) estuvo conformado por 34.8 millones de estudiantes, casi 2.2 millones de docentes y 261 mil 749 escuelas. La matrícula atendida por el sector público fue 84%. Respecto a la distribución por tipo educativo, 68.7% correspondió a educación básica, 15.8% a media superior y 15.5% a superior".
En el documento de referencia se afirma, por otra parte, que durante el ciclo escolar antes mencionado la educación básica: “[…] registró una matrícula de 23.9 millones de estudiantes, atendidos por poco más de 1.2 millones de docentes en 231 mil 534 escuelas públicas y privadas. La tasa de cobertura bruta fue 90.6% (67.6% en preescolar, 100% en primaria y 92.2% en secundaria). A pesar de haberse alcanzado con el paso de los años este nivel de atención relativamente alto -en primaria y secundaria-, persisten en el país amplias disparidades regionales: la brecha entre los estados con mayor y menor cobertura sobrepasa los 19 puntos porcentuales. Además, 16% de las niñas y niños indígenas de tres a 14 años y 27% de las personas con discapacidad menores de 15 años no asisten a la escuela… Y “la tasa de cobertura de la educación inicial no supera el 4% entre la población menor de tres años”.
“Por otro lado, la eficiencia terminal en educación básica aún presenta retos: por cada 100 menores que ingresan a primaria, solo 82 concluyen la secundaria. Este fenómeno refleja desigualdades persistentes en el acceso y permanencia en el sistema educativo, lo que representa una deuda histórica con la infancia, especialmente en poblaciones vulnerables (pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, personas con discapacidad y migrantes), donde el acceso es aún más limitado, así como con las y los estudiantes que presentan aptitudes sobresalientes; por consiguiente, se requiere continuar con la transformación del sistema educativo, con la visión de una educación equitativa, inclusiva y de excelencia”.
Sobre la situación actual de la educación media superior, el gobierno de Claudia Sheinbaum indica lo siguiente: “Durante el periodo neoliberal, la educación media superior atravesó por limitaciones de recursos presupuestales y materiales, lo que ocasionó desatención, específicamente en lo que respecta a la inversión en construcción, rehabilitación de infraestructura y equipamiento, que se tradujo en restricciones para su crecimiento y mejora... En el ciclo escolar 2023-2024 se inscribieron 5.5 millones de estudiantes (52% mujeres y 48% hombres) en 21 mil 249 escuelas pertenecientes a 31 subsistemas nacionales, atendidos por casi 426 mil docentes, lo que representa una tasa de cobertura de 81.1%. Aunque el abandono escolar disminuyó a 11.2% al término de la administración pasada (ciclo escolar 2022-2023), este fenómeno sigue siendo un desafío, ya que una parte importante de la población joven enfrenta barreras económicas, sociales y culturales que afectan su continuidad escolar”.
Así, y como líneas de resolución y atención de los grandes problemas educativos nacionales y locales, los objetivos del PSE 2025-2030 son los siguientes:
1. Aumentar la oferta educativa a nivel nacional para reducir las brechas de acceso de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas a fin de avanzar hacia la igualdad de oportunidades de formación, sin importar el origen o contexto social. 2. Garantizar el ingreso, permanencia y conclusión de las trayectorias educativas en todos los tipos, niveles y modalidades del sistema educativo, priorizando el interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, a fin de contribuir a su desarrollo integral y al bienestar de la población. 3. Fortalecer el papel de maestras y maestros como agentes de cambio en la transformación del sistema educativo a nivel nacional, impulsando su labor profesional, la formación continua, así como la vocación de servicio para mejorar la educación. 4. Mejorar los entornos escolares para favorecer el aprendizaje, desarrollo de conocimientos, capacidades y habilidades de los estudiantes de todo el país, a partir de la construcción, equipamiento, restauración, reforzamiento y rehabilitación de la infraestructura educativa. 5. Promover ambientes escolares inclusivos, sanos y seguros que favorezcan el aprendizaje, la convivencia y el desarrollo integral de estudiantes, personal docente, madres y padres de familia en las escuelas de los diferentes tipos, niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional; y 6. Garantizar el derecho a la cultura física y a la práctica del deporte, a partir de la promoción y estímulo de la educación física a nivel nacional, el deporte comunitario y el de alto rendimiento, para fomentar la cohesión social y mejorar la salud de la población.
Al igual que lo comenté en un texto anterior sobre el PSE 2020-2024 (gobierno de AMLO), algunas de las observaciones críticas que propongo, después de revisar el PSE 2025-2030, serían las siguientes: más allá de los elementos tecnocráticos y pro neoliberales que se registran o se leen explícitamente en el documento, llama la atención la extraña retórica “nuevo-escolar nacionalista” que permea a lo largo del texto; una retórica que va de lo demagógico a lo simplificador al caracterizar los fenómenos complejos que atañen a la marcha del sistema educativo nacional. (Ver: “Programa Sectorial de Educación 2020-2024, una lectura”, SDP Noticias, 15 de noviembre, 2024).
Debe recordarse que el PSE 2025-2030 es el instrumento de políticas públicas educativas (PPE) que presenta y pone en acción, por segunda vez, un gobierno con el sello de la llamada “cuarta transformación de la vida pública del país”. Por ello, es conveniente poner especial atención en los rasgos que son diferentes o que cambian entre uno y otro programa, aparte de las semejanzas, que son las más.
En ese sentido, en varias entregas anteriores me he referido a la idea de que “el cambio” o casi cualquier cambio puede interpretarse como una “sutil ruptura” entre la visión educativa de AMLO y CSP, en términos del análisis crítico de las PPE.
Tres de las discrepancias que están a la vista son: 1) el abordaje que el gobierno de CSP da a la USICAMM como una entidad de la SEP que no ha respondido adecuadamente a las demandas laborales y sociales del magisterio, y que no ha respetado sus derechos; 2) el fortalecimiento, replanteamiento y unificación del sistema nacional y local de educación media superior; y 3) la apuesta que hace el gobierno de CSP de relanzar la Universidad “Rosario Castellanos” y a la Universidad de la Salud, que no necesariamente se colocaron dentro de la lógica del sistema de universidades “Benito Juárez”.
En el resto de los objetivos, estrategias, planes, programas y acciones se podría interpretar como de continuidad en las líneas generales de políticas públicas, con leves cambios, entre lo planeado por el gobierno de AMLO y el de CSP, en materia educativa. Ahí es donde será necesario entrar en detalles e indagar con más especificidad o precisión acerca de los matices registrados. Uno de ellos, por ejemplo, tiene que ver con la interpretación que un gobierno y otro hacen de la oferta educativa o la cobertura escolar, que no significa, en sí mismo, que la formación integral y de aprendizajes significativos de niñas, niños y jóvenes se cumpla como lo establece la Constitución.
X: @jcma23