LA POLÍTICA ES DE BRONCE
Día histórico en el prolongado, diría milenario, conflicto entre Israel y Palestina. Más de 150 naciones, entre las que se incluyen Reino Unido, Canadá, España, Portugal y, con algunas condiciones, Francia, han reconocido la existencia del Estado palestino, al tiempo que han exigido al gobierno israelí detener el genocidio en la Franja de Gaza. Esto, pese a la descalificación del presidente estadounidense Donald Trump y las vehementes declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien ha dicho que no permitirá la existencia de un “Estado terrorista”.
Todos condenamos el ataque de Hamás a varias ciudades israelíes el 7 de octubre de 2023. Fue una barbarie, una matanza, un horror injustificado. Por supuesto que los responsables tienen que asumir las consecuencias de sus actos, pero esto no justifica el genocidio, la destrucción total de una ciudad ni la utilización del hambre como arma de guerra que el gobierno israelí ha desatado en contra de la población civil de Gaza.
Las lecciones de la historia son inobjetables. Si no se conocen los horrores de la guerra, si no es posible tener el mínimo de humanidad y respeto a los derechos humanos, cuando te mires al espejo no aparecerá tu rostro, sino el del monstruo, el tirano, que quiso exterminar a tu pueblo. El gobierno de Israel está haciendo con la población de Gaza lo que los nazis hicieron con el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Bien por la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobierno de México por reiterar el reconocimiento al Estado palestino y sumarse a la exigencia a Israel de detener el genocidio en Gaza. Esto es significativo por el momento político y económico por el cual atraviesa México, donde cualquier pretexto es utilizado por el presidente Donald Trump y sus perros de casa para condenar las acciones de México y amenazar con sanciones comerciales.
Llama la atención que Reino Unido, aliado histórico de Estados Unidos y de Israel, haya reconocido al Estado palestino. También lo hizo Francia, aunque condicionó dicho reconocimiento a la entrega de todos los rehenes.
¿Qué sigue para la población de Gaza? El gobierno israelí ha puesto en marcha una operación final para ocupar dicho territorio y dio 48 horas a la población para abandonarlo. Se vive una crisis humanitaria de proporciones mayúsculas: la ayuda llega, pero no es suficiente; se requiere una intervención mucho más decidida de la comunidad internacional.
La variable está en los intereses económicos y políticos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. No sólo se le ve desesperado, sino rabioso, y un hombre infectado por el odio y dominado por sus ambiciones puede ser capaz de acciones, declaraciones y provocaciones que aumenten la escala de violencia.
Por supuesto que las víctimas del 7 de octubre merecen justicia. Pero esa justicia no es, de ninguna manera, el exterminio de la población civil de la Franja de Gaza. Si las cosas siguen como hasta ahora, la paz nunca llegará a esa región del mundo, y los hijos de Israel y de Palestina seguirán en guerra por los siglos de los siglos, como una profecía bíblica. Sin embargo, el destino de los pueblos no está sólo en manos de Dios, sino también en la voluntad de los hombres. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.