“El ocaso del presidente”, es el título de la columna del seudónimo Alejo Sánchez Cano, que si no pertenece al dueño de El Financiero, Manuel Arroyo, sin duda este es el responsable de la que publica.

“La caída de Sheinbaum”, es el escrito de este jueves del señor Pablo Hiriart, columnista principal de El Financiero y “jefe de corresponsales en EU”.

No sorprende la misoginia en un diario en cuyo directorio solo hay una mujer. Estos hombres ocupan los principales cargos, desde luego todos nombrados por el propietario, señor Arroyo:

  • Enrique Quintana, vicepresidente y director general editorial.
  • Víctor Piz, director de información económica y de negocios y editor en jefe de El Financiero impreso.
  • Jonathan Ruiz, director general de proyectos especiales y ediciones regionales.
  • Guillermo Ortega, director general de información política y social.
  • Ricardo Del Castillo, director gráfico.
  • Pablo Hiriart, jefe de corresponsales en EU.
  • Ariel Barajas, director de televisión.

Después de ocho machitos, en la novena posición aparece una mujer: Elizabeth Torrez, coordinadora de operación editorial. Lo de “coordinadora de operación editorial” me lleva a sospechar que ella es la que más trabaja, desde luego para que los varones se luzcan. Pero como no lo puedo afirmar con más evidencia, ahí dejo la presunción.

Se entiende, por supuesto, el esfuerzo en ese periódico tan de machos para golpear a Claudia Sheinbaum.

No sé qué encuesta leyó el señor Hiriart, pero en la de El Financiero que hace un par de días yo vi, la jefa de gobierno mantiene el liderato a pesar de una, sin duda esperable, disminución en sus números de preferencias electorales —tantos ataques después de los sabotajes en el metro han tenido efecto—

En esa encuesta todo lo demás es lo mismo que en otros estudios: Marcelo Ebrard en la segunda posición, en la tercera Adán Augusto López avanzando lentamente y Ricardo Monreal en la lona.

En efecto, coincide la encuesta de El Financiero con todas las otras publicadas. SDPNoticias presenta un promedio de tales estudios, que le da a Sheinbaum una ventaja de alrededor de 10 puntos sobre Ebrard, y eso que —por cuestiones metodológicas— no se toma en cuenta el sondeo de México Elige que difunde Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, en el que Adán Augusto ya rebasó a Marcelo.

Es peor el caso del otro articulista, el seudónimo en el que se esconde alguien de El Financiero, tal vez su dueño. Dice Alejo Sánchez Cano que Andrés Manuel López Obrador “está en pleno ocaso, a pesar de pretender consolidar una figura presidencial fuerte”.

En mucho tiempo no habíamos tenido un presidente tan fuerte, cuya fuerza es, por cierto, el principal activo electoral de su partido, Morena. ¿Qué sería de los y las morenistas sin AMLO? Ganarían pocas elecciones. Pero como la gente les identifica con Andrés Manuel, ganan casi todo. ¿O no se han dado cuenta en El Financiero que prácticamente la totalidad de México es territorio Andrés Manuel?

Este año lo más probable es que Morena gane una de las dos gubernaturas en disputa, el Estado de México. La otra será del PRI. Dirán que eso un un empate, 50% de las gubernaturas de 2023 para el partido de izquierda y 50% para la oposición. Es una manera de verlo. Pero hay otra: el morenismo ganará una entidad con cinco veces más población que el priismo.

Morena gobierna en más del 60% de los estados del país, tiene mayorías en las cámaras legislativas, controlan innumerables municipios y congresos locales. ¿Es mérito de muchas personas? Sí y no. Muchas porque son millones de simpatizantes que creen en el proyecto de AMLO. Pero tal realidad política no existiría sin el liderazgo de Andrés Manuel.

Es la razón de que a algunos empresarios haya llamado la atención que antier, en un evento de financieros de medio pelo en el centro de convenciones de Santa Fe en la Ciudad de México, Marcelo Ebrard haya ido tan en contra de AMLO defendiendo una idea falsa de la clase media. La nota de Arturo Cano en La Jornada es contundente: el canciller se aleja de la izquierda. Por cierto, me dicen que Marcelo solo tres veces mencionó al presidente López Obrador, y “por accidente”. Y una sola por el nombre del titular del poder ejecutivo. ¿Espera Ebrard crecer en las encuestas presentándose ante públicos conservadores como distinto a Andrés Manuel? Esa es la otra ilusión de la comentocracia a la que urge destruir a Sheinbaum y al presidente de México.