LA POLÍTICA ES DE BROCE

La anatomía de un escándalo: catorce detenidos, entre ellos dos oficiales de Marina y un exjuez; doscientas órdenes de aprehensión en contra de personal involucrado; el suicidio del responsable de la aduana de Altamira, epicentro del problema, y millones y millones de litros de combustible de contrabando.

Después de entregar su primer informe de gobierno y a menos de un mes de cumplir un año de su arribo al poder, la presidenta abre un expediente explosivo. Se trata de uno de los casos de contrabando, crimen organizado y corrupción más importantes en lo que va del sexenio y uno de los principales retos para Claudia Sheinbaum, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz, y el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch.

Por su alcance, dimensiones e implicados, el caso —o mejor dicho, los casos— tiene una dimensión judicial, una económica y, por supuesto, una política que, si se cruzan, mezclan o contaminan, pueden llevar a un callejón sin salida, al descrédito de las instituciones y a la continuidad de nichos de corrupción que no solo dañan las finanzas públicas, sino que desgarran el tejido social.

En el Código Penal no existe el delito de “huachicol fiscal”. En realidad hablamos de un paquete de delitos que van del contrabando a la evasión fiscal, de la corrupción al ejercicio indebido de la función pública. Será responsabilidad de la Fiscalía General de la República y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana integrar las carpetas con la suficiente solidez para que los nuevos jueces puedan deslindar responsabilidades e impartir justicia. Se sabe que la Fiscalía tardó dos años en documentar lo suficiente los expedientes para pedir las órdenes de aprehensión y que se tuvo que trabajar en un operativo conjunto en cuatro entidades para la captura de los imputados: Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz y la Ciudad de México.

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En el plano económico, el desfalco a las finanzas públicas por la evasión de impuestos y contrabando asciende a miles de millones de pesos. Aquí lo más importante no solo es seguir la pista del dinero, sino garantizar la reparación del daño, el pago de multas y la incautación de recursos mal habidos.

En el ámbito político, para una oposición sin perspectivas de crecimiento, instalada en el odio, la polarización y la crítica a través de medios de comunicación y redes sociales, este caso representa una oportunidad más para combatir el discurso de lucha contra la corrupción y la honestidad del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador y del propio gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

La presidenta ha declarado que se investigará “hasta donde tope”. Considero que sus palabras son legítimas: no solo se buscarán chivos expiatorios, sino que se pretende extirpar de las aduanas la corrupción que daña gravemente las finanzas públicas y la credibilidad de las instituciones. También se trata de reflexionar respecto a la pertinencia de involucrar a la Marina y a las Fuerzas Armadas en tareas administrativas, porque, como dice el refrán: “en arcas abiertas, hasta el más justo peca”.

Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.