En las últimas 3 elecciones presidenciales el nombre de Andrés Manuel López Obrador ha figurado en las boletas electorales, en el 2024 habrán pasado 18 años desde que el hoy presidente estuvo en su primer boleta como candidato y será en ese mismo año en el que por primera ocasión no aparezca el nombre del caudillo de Morena.

Todos los liderazgos, por muy fuertes que sean tienden a concluir y a desvanecer su poder con el tiempo, no su trascendencia histórica, tal vez, pero sí las cualidades inherentes a su persona. Los liderazgos, por muy fuertes que estos sean, transmutan y su poder debe ser otorgado a otros con las mismas o parecidas habilidades o en casos sin tanta suerte a personas completamente distintas.

Pocos escenarios permiten ver una posibilidad para que la transición del ejecutivo federal en el 24 no sea solo un cambio del mismo equipo. A pesar de lo mucho que los partidos de oposición intentan ponerse de acuerdo, existen de manera realista y objetiva, pocas oportunidades para que Morena no se mantenga en el poder.

La transición democrática será entre los 3 mejores gallos que desde hoy están haciendo lo propio para ganar, en primer lugar la encuesta -el proceso verdaderamente difícil-, y en segundo lugar, concluir con un trámite sencillo de triunfo en las urnas.

Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Marcelo Ebrard son quienes cada vez más se están posicionando como las 3 piezas más fuertes para contender y llegar a la silla del águila; y son ellos quienes con miras a la encuesta comienzan a mover sus piezas, a sacar sus ases y a mostrar el músculo con el que contenderán.

Sin embargo la pregunta que comienzan a hacerse los que son fieles al proyecto de la 4T es ¿Quién representaría de la mejor manera la continuidad al proyecto del Presidente López Obrador?

Son evidentes y extremadamente descaradas las filias y fobias que al interior del partido existen sobre a quién se debe apoyar. Bien heredado y bien cargado en su genética perredista, el partido comienza a mostrar sectas o corrientes de los afines a uno u otro proyecto, y también muestra de pies a cabeza cómo serían en su gobernar.

A destacar de esta tercia es la cercanía que dos tienen con Andrés Manuel: Adán Augusto, quien hoy es el diputado 501 y la mano que opera los caprichos legislativos del presidente, ha sido desde hace muchos años, más de los que podríamos algunos imaginar, uno de los amigos más cercanos y quien ha afianzado una fuerza electoral en Tabasco y otros estados del sur y sureste del país; y por otro lado, está Claudia Sheinbaum, quien es una de las más fieles seguidoras e impulsoras del proyecto obradorista pero también y ante los ojos de algunos, es una de las figuras que más se ha aprovechado de la cercanía que ha tenido con el presidente, también es hoy la figura más erosionada por algunas malas gestiones que ha tenido como la Jefa de gobierno de la Ciudad de México. Su fuerza política está en la capital aunque el 2021 mostró un desgaste de la misma y es quien mayor presencia tiene en medios de comunicación y en redes sociales

Marcelo Ebrard es quien no tiene una cercanía de camaradería o tan fraternal como los otros pero quien ha mostrado, como la estirpe priista que tienen tanto él como López Obrador, que sabe alinearse ante los proyectos y las coyunturas políticas del momento, ya que al menos en una ocasión ha elegido no competir y sumarse al proyecto antes que restarlo. Y vale la pena destacar que es también Marcelo, quien ante algunos, se ha mostrado como el competidor más sano y el que plantea mejores propuestas, un ejemplo de esto es la propuesta de hacer debates entre los posibles participantes a la encuesta del 23 que mencionó en una entrevista con Joaquín López Dóriga y que aún no firman de recibido sus colegas.

Parece faltar mucho pero las aguas están demasiado agitadas, hay quienes vaticinan que a quienes se adelantan demasiado en las vísperas de las candidaturas les va mal, pues exponen demasiado su imagen, sobre todo cuando se tiene una gestión compleja en turno, pero tiempo al tiempo.

Un error garrafal es la falta de tacto político que se está teniendo con el senador Ricardo Monreal, quien ya mejor ha optado por mostrarse respetuoso ante el sinfín de ofensas y vituperios en su contra pero también ha optado según trasciende por verse más cerca de otras opciones al no encontrar, en la que él consideraba su casa, apoyo. Esto seguro le afectará a Morena.

Postdata. Ya no nos queda de otra. México se fue del mundial con mucha pena y nada de gloria. A ver si con esta lección quienes están y quienes lleguen voltean a ver lo que hace falta en materia de deporte más allá del marketing futbolero.

Twitter: @ElPepeGalaviz