Miles marcharon, dicen que fueron más de un millón, sin embargo, muchos y muchas se dieron cita en la emblemática avenida de Reforma para acompañar al presidente en lo que pareció ser un deseo por superar la también gran marcha que unas semanas previas se dio en el mismo lugar pero para apoyar al INE.

Si bien la marcha del presidente estuvo manchada, como cualquier otra marcha, por quejas y evidencias de acarreo, renta de autobuses y demás tropelías – todas necesarias para tener una marcha de esta magnitud-, no fue eso lo que ganó en la narrativa de la conversación digital ni lo que trascendió a medios tradicionales.

Fiel a su gran cualidad de imponer mensajes y de ganar la agenda mediática, el presidente volvió a dar cátedra sobre el spin que una historia puede tener.

Congruente con su personaje, el mismo presidente marchó junto con todas y todos los que se adueñaron de Reforma y eso le mereció un premio invaluable y seguramente inesperado: Una fotografía icónica que estoy seguro pasará a la historia como un emblema de la causa del Movimiento de Regeneración Nacional y del Obradorismo.

El autor, un fotógrafo mexicano de nombre Luis Antonio Rojas, quien cubría el evento para el New York Times logró capturar un momento épico, casi místico de la marcha donde se logra ver una marabunta de personas intentando tocar, saludar o acercarse al ser de Andrés Manuel; al tiempo que muestra a un presidente tranquilo, en paz y en su lugar seguro, cerca de la gente.

La foto parece ser una copia de la también icónica foto del líder de izquierda brasileño, Lula Da Silva.

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Ambas imágenes tienen el poder de comunicar a través de los sentimientos y eso puede más que mil palabras, más que muchas cuentas bots de Twitter y más que miles de fotos subidas a Instagram sin un fin claro de qué se quiere transmitir.

La foto de Andrés Manuel debe ser un recordatorio del poder de las imágenes, de la cualidad que la comunicación tiene para hacerse de diversas formas, el poder de una fotografía es tal que esta retrata la esencia misma del referente de izquierda más grande que tiene México.

Esta poderosa imagen podrá sin lugar a dudas, hacer olvidar las situaciones que el Gobierno está pasando y servirá como lo menciono líneas arriba, un estandarte para posicionar una idea, aunque sea poco realista, de lo que se está viviendo en el país.

Somos una sociedad que basa sus valores en los simbolismos, minimizar el poder que una foto, un logotipo, una canción e inclusive una persona puede tener es ir en contra de nuestros orígenes y es negarse la oportunidad de crear algo memorable.

En la columna hablo de la foto durante la marcha. Hay otras fotos, no de la marcha, que muestran una realidad distinta y distante al momento capturado por el obturador de la cámara de Luis Antonio. Pero de que es una buena foto, es una buena foto.

Twitter: @PepeGalaviz