La respuesta de Morena ante la grave crisis de credibilidad que enfrenta a partir de los fuertes señalamientos en contra de Adán Augusto López Hernández —considerado el número dos de la 4T— por presuntos vínculos con el crimen organizado, lavado de dinero, huachicol y su estrecha relación con Hernán Bermúdez Requena, detenido en el penal de Alta Seguridad del Altiplano, viene desde la tribuna presidencial.

La presidenta Claudia Sheinbaum parece intentar marcar distancia entre el movimiento y López Hernández. La estrategia lleva la huella de Jesús Ramírez, el exvocero de AMLO, ahora coordinador de asesores de Sheinbaum.

El objetivo es despresurizar la avalancha mediática y judicial, y hacer control de daños a través de los medios. Conforme la presión contra Adán Augusto crece, Sheinbaum sale en su defensa. Negando que existan investigaciones, pidiendo evitar “linchamientos mediáticos” y exigiendo pruebas concretas.

Se tambalea la estrategia

Sin embargo, hay varios factores a considerar: Estados Unidos continúa exigiendo acciones por parte del gobierno mexicano en materia de huachicol fiscal, crimen organizado y lavado de dinero; la probable presión interna de Andrés Manuel López Obrador y el temor de la mandataria a que una acción contundente contra quienes resulten involucrados deteriore al movimiento que ella ahora dirige.

Desde Washington altos funcionarios han señalado figuras de la 4T como Adán Augusto, Mario Delgado, miembros de la Marina, exsecretarios como Rafael Ojeda, y a otros personajes cercanos a la inteligencia nacional como Audomaro Martínez; y algunas investigaciones periodísticas mencionan a Andrés López Beltrán.

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Aparecen también varios gobernadores morenistas: Américo Villarreal (Tamaulipas), Alfonso Durazo (Sonora), Rubén Rocha Moya (Sinaloa), María del Pilar Ávila (Baja California), Evelyn Salgado (Guerrero), Rocío Nahle (Veracruz), Layda Sansores (Campeche) y Cuitláhuac García (funcionario federal), entre otros. Todos bajo acusaciones de estar directa o indirectamente relacionados, de tolerancia política o de protección a funcionarios implicados en el huachicol.

Se cubren las espaldas

Rocío Nahle tiene resguardados a muchos funcionarios de la pasada administración, entre ellos el exdirector de CFE Energía, Miguel Reyes. A Víctor David Palacios Gutiérrez quien opera a través de su hijo una empresa de venta de combustible, la gobernadora de Campeche; y otros como el exgobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, –hoy es el director de CENAGAS– y Octavio Romero, el exdirector de Pemex, actual director del Infonavit.

Sin embargo, la presión política crece y exige acciones concretas: se pide que Adán Augusto solicite licencia para que aclare ante las autoridades correspondientes posibles imputaciones.

La senadora Lilly Téllez pidió que López Hernández deje su escaño en el Senado y se ponga a disposición de la justicia. Alejandro “Alito” Moreno exigió que pida licencia por el caso de Bermúdez. La bancada del PAN ha pedido que él y otros senadores ligados al llamado Grupo Tabasco renuncien temporalmente mientras se realizan investigaciones.

Lo cierto es que las ofensivas mediáticas han servido para victimizar a los presuntos implicados y lo único claro es la decisión de que nadie se separe de su cargo.

Adán Augusto permanece en su escaño soportando desde su fuero acusaciones públicas —según algunos, perdiendo legitimidad— pero sin responder, mientras los gobernadores que se mencionan se aferran a sus puestos.

¿Qué ocurrirá si las instancias judiciales mexicanas o estadunidenses exigen que estos personajes comparezcan formalmente? ¿Qué sucederá si se dictan órdenes de aprehensión, bloqueo de cuentas o detenciones?

Hay quienes temen que la crisis se agrave con violencia, revueltas sociales o incluso con el debilitamiento del liderazgo de la presidenta.

En última instancia, esta coyuntura pone a Sheinbaum en una disyuntiva: actuar con firmeza y transparencia, aunque ello signifique poner en riesgo la unidad de Morena y perder el control mayoritario en las elecciones del 2027, o mantener cautela, dejando la situación a la sombra de la impunidad, esperando que la inacción de la FGR reduzca la presión y el tiempo haga su tarea.

Su decisión definirá la forma en que su mandato será recordado.

X: @diaz_manuel