Al momento de escribir esta columna, el saldo de las fuertes lluvias, atípicas, que golpearon a casi la totalidad de la República Mexicana, es de 64 muertos y 65 desaparecidos.

Los estados más afectados por estas tormentas, exacerbadas por el cambio climático, son Veracruz, Hidalgo y Puebla, donde comunidades enteras siguen bajo el agua y en donde las autoridades poco a poco avanzan para la distribución de apoyo, reparación de puentes y de vialidades.

¿Qué hace la oposición en estos casos? Mostrar su miseria y su actitud carroñera. Desde cantarle loas a esa cloaca de corrupción llamada Fonden, hasta mofarse de los damnificados y víctimas con su cantaleta de “disfruten lo votado”.

Al Fonden, sabemos, lo extrañan porque durante décadas fue caja chica de presidentes y gobernadores. El presupuesto sigue ejerciéndose, pero ahora sin la discrecionalidad de sujetos que usaban el dinero para enriquecerse o irse de antro y contratar “escorts” en Las Vegas.

Sin embargo, la mofa y la burla de algunos miserables que señalan “disfruten lo votado” a los damnificados concentrados en los cinco estados más afectados es insensata, incoherente.

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¿Con qué cara, en cuestión de un año y meses, cuando se lleven a cabo las elecciones intermedias, estos personajes del PRIAN y “empresarios” evasores de impuestos llamarán a votar por sus proyectos políticos reaccionarios, después de mofarse de las tragedias personales y pérdidas materiales de la gente damnificada?

Mención especial merece una noticia falsa sobre presuntos “192 estudiantes fallecidos” en una sola escuela de Veracruz, llegando a organizarse una “marcha” para exigir su regreso. Por supuesto, esta fake news no tiene ningún sustento, pero eso no impidió que ya fuera replicada a lo largo y ancho del país y uno que otro medio derechoso internacional.

Su última hazaña en redes sociales, principalmente X y Facebook en donde manejan granjas de bots y cuentas falsas, es llamar a no mandar apoyo y víveres a los estados afectados. Todo sea con tal de intentar llevar algo de agua envenenada, a su molino.

La carroña de la derecha ante el sufrimiento de las personas no tiene límites. No esperamos nada de ellos, pero aún así logran decepcionarnos. Y asquearnos.