“Muchos años engañando Carmen Aristegui que era independiente”. Lo dijo en la mañanera de este martes el presidente AMLO.

Dijo más: “Ese no es el periodismo de los Flores Magón, no se puede nada más estar denunciando y administrar la decadencia de un país, sin hacer nada por transformarlo”.

Después el presidente López Obrador repitió lo que ha dicho durante tantos años: que él y quienes le han acompañado en su lucha no son iguales.

Estoy seguro de que el presidente López Obrador y algunas personas de la 4T de ninguna manera son iguales a quienes gobernaron en el pasado.

No son iguales a la gente poderosa del pasado —la llamada mafia del poder— ni AMLO ni la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, ni tampoco las titulares de Seguridad y Educación, Rosa Icela Rodríguez y Leticia Ramírez; diferentes, desde luego en sentido positivo, también lo son el vocero presidencial Jesús Ramírez, el secretario de Salud Jorge Alcocer y los gobernadores de Sonora (Alfonso Durazo), Sinaloa (Rubén Rocha) y Baja California Sur (Víctor El Profe Castro).

¿El resto de las personas que colaboran con Andrés Manuel? Habrá gente ejemplarmente distinta que por olvido o desconocimiento de sus biografías ahora no menciono, pero en el actual gobierno también hay muchos —y muchas— iguales a la cúpula del poder del pasado. Andrés Manuel deberá admitir que hay vicios y enviciados en la 4T: negarlo sería absurdo.

Pero, sin duda —y esto es muy positivo— el presidente y algunas personas de su movimiento son diferentes, claro que sí: diferentes por decentes, por su compromiso con México, por su mayor sentido de la ética.

En eso AMLO tiene razón, no puede haber la menor duda. Así que es injusta la prensa que insiste en decir que quienes hoy gobiernan son iguales a los y las de antes. Algunos y algunas lo serán, pero no el presidente ni los hombres y las mujeres más relevantes de la 4T.

Desde luego, entre los y las periodistas hay diferencias éticas notables. Carmen Aristegui, quien posee su propio medio de comunicación, es una periodista distinta para bien. Fue muy crítica de los anteriores gobiernos y lo es del actual. Lo mismo puedo decir de Ciro Gómez Leyva, de Radio Fórmula e Imagen TV; de Sergio Sarmiento, de Reforma e Imagen Radio, y de quienes editan Proceso. Me parece que AMLO normalmente no es justo cuando les cuestiona.

No menciono entre los y las periodistas de primer orden moral a quienes participan en La JornadaCarmen Lira, Arturo Cano, Pedro Miguel y los moneros Hernández y El Fisgón— porque Andrés Manuel no les critica.

También hay —y su número es elevadísimo— periodistas iguales a lo peor del pasado, es la verdad. ¿Ejemplos? Pablo Hiriart, de El Financiero; Joaquín López Dóriga, de Milenio y Radio Fórmula; Juan Pardinas, de Reforma; Denise Dresser, de Reforma y Proceso y más, muchos más. Incluyo en el muchos más a algunos youtuberos partidarios de la 4T que van a las mañaneras con disfraz de periodista, pero que más bien son paleros del presidente, lo que se vale, pero no debería considerarse periodismo, ni siquiera periodismo militante.

La señora Lourdes Mendoza, por cierto, tiene la oportunidad de demostrar que es diferente disculpándose con la ministra Yasmín Esquivel por haber difundido fotos de ella, su marido y su hijo menor de edad. Con los niños no. ¿Es tan difícil de entender? Espero que Lourdes pida disculpas; si ya lo hizo, mi mayor reconocimiento.