En una época donde los remakes abundan —pero pocos logran justificar su existencia— El Sobreviviente, dirigido por Edgar Wright y protagonizado por Glen Powell, se erige como una reinterpretación de la novela distópica de Stephen King.
A diferencia de la versión de 1987 con Arnold Schwarzenegger, El Sobreviviente no busca replicar el clásico ochentero, sino explorar las implicaciones éticas, emocionales y mediáticas de convertir la desesperación humana en espectáculo.
Aquí te lo explicamos en nuestra reseña de 5 puntos:
- El Sobreviviente es más fiel a la novela de Stephen King
- El Sobreviviente usa su historia como sátira y crítica
- El Sobreviviente tiene una temática actual
- Las actuaciones de El Sobreviviente son muy buenas
- El tercer acto de El Sobreviviente podría ser ingenuo para algunos
El Sobreviviente es más fiel a la novela de Stephen King
El Sobreviviente es más fiel a la novela de Stephen King que la versión de 1987.
La novela original presenta un mundo devastado por la desigualdad, la censura y la manipulación mediática. La versión de 1987 es más superficial, con una estética de videojuego.
El remake de 2025 recupera el espíritu sombrío y político de la novela. Edgar Wright opta por una puesta en escena más contenida, donde la tensión se construye poco a poco.
Mostrando al reality show The Running Man, no solo como una arena de combate, sino una red de vigilancia omnipresente que convierte cada paso de los concursantes en contenido viral.

El Sobreviviente usa su historia como sátira y crítica
Debido a esa fidelidad, El Sobreviviente usa su historia como sátira y crítica, tal y cómo el mismo Stephen King la ideó en los 80’s.
La película se ambienta en un futuro cercano, donde la pobreza extrema y la enfermedad obligan a los ciudadanos a participar en juegos televisivos letales.
Ben Richards un padre común, vulnerable y determinado, el cual toma la última alternativa que tiene, participar en The Running Man, para asegurar una buena cantidad de dinero para que su familia tenga una mejor vida.
Su arco narrativo se construye sobre la desesperación, la empatía y la resistencia silenciosa.
La sátira se dirige al sistema mediático, a la banalización del sufrimiento y a la forma en que el entretenimiento puede desensibilizar a las audiencias.
El antagonista, Dan Killian, representa el cinismo corporativo, un productor encantador, manipulador y pragmático, que ve a Richards como una oportunidad de rating, más que como un ser humano.

El Sobreviviente tiene una temática actual
Aunque la obra en que se basa fue escrita hace más de 40 años, El Sobreviviente tiene una temática actual, prácticamente la adaptación no tuvo que mover nada para que funcione perfectamente en esta época.
La versión de 1987 se convirtió en un clásico de culto por su estética kitsch, sus frases memorables y su crítica ligera al poder mediático. Sin embargo, el remake de 2025 busca resonar con audiencias contemporáneas.
Al ser un retrato perfecto del Siglo XXI, con un contexto donde los reality shows, las redes sociales y la precariedad económica han difuminado las fronteras entre entretenimiento y explotación
El programa The Running Man funciona como metáfora de la vigilancia algorítmica y la manipulación emocional. Donde los sistemas de poder explotan la desesperación para mantener el statu quo.
Dejando la pregunta de ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a consumir sufrimiento como entretenimiento?

Las actuaciones de El Sobreviviente son muy buenas
Sin embargo, nada de lo anterior funcionaria de no ser porque las actuaciones de El Sobreviviente son muy buenas, principalmente del protagonista y antagonista.
Glen Powell ofrece una actuación contenida pero poderosa, alejándose de sus papeles más carismáticos en comedias o cintas de acción.
Su interpretación de Richards transmite agotamiento, miedo y determinación, sin caer en el melodrama.
Josh Brolin, por su parte, encarna a Killian con una mezcla de carisma y amenaza, alguien con un cinismo absoluto; pero que al mismo tiempo te atrapa al grado que dudas si tiene razón, a pesar de lo moralmente cuestionable de sus actos.

El tercer acto de El Sobreviviente podría ser ingenuo para algunos
Si bien la película lleva muy bien su temática durante gran parte de su metraje, es el tercer acto de El Sobreviviente el que podría ser ingenuo para algunos, pues cae en clichés clásicos de Hollywood.
De hecho, es en este punto donde se distancia más de la novela original, con el fin de darle una conclusión diferente, más acorde al público general que a los fans de Stephen King o la sátira distópica.
Aunque esto no arruina la película ni su mensaje, podría interpretarse como una salida hasta cierto punto irreal para todo lo que se nos ha presentado.
Además de que se introducen nuevos personajes que aunque existen en el texto base, se sienten algo fuera de lugar en la historia, debido a su poco tiempo en pantalla, a pesar de que tiene una función clave en la narrativa.

¿Vale la pena El Sobreviviente?
El Sobreviviente no es solo un remake de la película de 1987, sino una readaptación crítica y emocional de una obra que, en su esencia, siempre fue política.
Edgar Wright logra equilibrar tensión, espectáculo y reflexión, en El Sobreviviente ofreciendo una película que dialoga con el presente sin perder su raíz distópica.
Glen Powell y Josh Brolin encabezan un elenco que prioriza la humanidad sobre la espectacularidad, y el resultado es una cinta que además de ser entretenida, incomoda y provoca.
Siendo una muy buena opción para este fin de año, pues es algo fresco a las grandes franquicias que dominan esta temporada.






