World Justice Project es una organización internacional sita en Washington D.C. A lo largo de los años ha realizado estudios relacionados con el Estado de derecho en el mundo, entendido éste como una realidad donde componentes de la democracia liberal, tales como la libertad de prensa, la independencia judicial, el respeto de los derechos humanos, elecciones libres, igualidad en términos de competencia electoral y el respeto de las minorías conviven en una sociedad.
En su último informe, publicado hace un par de días, el WSJ reporta el descenso de México de tres peldaños, ubicándose en 2025 en el lugar 121 de los 143 evaluados, en niveles similares a aquellos registrados en países africanos tales como Gabón, República del Congo y Zimbabwe.
En otras palabras, según el informe, mismo que no debe ser motivo de orgullo para la autoproclamada 4T, y difícilmente será motivo de mención por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum en su mañanera, el Estado de derecho en México atraviesa el peor momento de su historia.
En este contexto, el WJP ha venido a señalar lo que otros han manifestado, desde periodistas y miembros de la oposición hasta organismos internacionales: la reforma al Poder Judicial, el empoderamiento del crimen organizado y la militarización han sido determinantes en el rompimiento del orden constitucional y el debilitamiento del poder civil sobre las instituciones del Estado.
La reforma judicial, que estuvo colmada de violaciones a la ley, irregularidades y golpes contra el espíritu de las leyes, no ha sido más que un asalto contra la independencia de jueces y magistrados en el marco de un proyecto de concentración de poder por parte de la presidenta y del oficialismo. En adición a esta realidad, el país persiste sometido a dos fuerzas estranguladoras: el control de la delincuencia organizada sobre una buena parte del territorio nacional y la presión ejercida por Donald Trump desde Washington.
Sin embargo, se ha hecho evidente, a la luz del propio informe, que un buen número de países han sufrido este deterioro democrático como resultado del ascenso de líderes indispuestos a obedecer las leyes y a someterse a los pesos y contrapesos previstos en sus propios marcos normativos.
En suma, el informe del WJP ha puesto de nuevo de manifiesto el inicio de una nueva era de la historia mexicana; una donde el debilitamiento de los derechos humanos y las libertades están a la orden del día, frente a un partido hegemónico que cada día, mediante reformas, hace retroceder las libertades y los medios de defensa de los ciudadanos.


