Por Juan Rubio

Ha pasado de los miserables 6 días a los medianamente dignos 12 días. Ha sido anunciado con mucha discreción pues la medida, aún con todo y el carácter limitado de la concesión, no puede presumirse como logro del grupo político en el poder. Inclusive en varias ocasiones se detuvo la iniciativa por parte de la una nada digna expresión legislativa de Morena. De manera vergonzante el diputado Ignacio Mier, contraviniendo los principios de la 4T, de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, hablando en nombre de los “pobrecitosempresarios maquiladores dijo que “tenían dificultad para dar más días de vacaciones” y que debía analizarse exhaustivamente, atrasando su aprobación.

El diputado Manuel Baldenebro; supuestamente representante de trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, pero hablando por las cámaras patronales que cabildearon con él, propuso que 6 días fueran continuos y otros 6 “negociados” para evitar “impacto económico” a los muy pobres empresarios de México, lo cual atrasó más aún su aprobación. Tras innumerables vacilaciones de un sector derechizado del legislativo de San Lázaro, así como protestas de sindicatos a las afueras y dentro de la cámara, se aprobó la medida.

Podemos entender por esta dinámica que la Cámara de Diputados haya guardado mucha sobriedad en su anuncio sobre esta ley aprobada a regañadientes. ¿Pero porqué se da la situación de que los grandes empresarios no han salido en general a repartir rayos y centellas? ¿la cautela en general mostrada por una buena parte de los sindicatos del país para no celebrar con matracas y trompetas a todo lo largo del país es exagerada?

En primer lugar, ni los trabajadores en general verán el beneficio este año, ni la patronal se preocupará este año por su aplicación. Fue aprobada con la reserva de que se disfrutará hasta el año laborado posterior a su entrada en vigor, es decir hasta 2024.

En segundo lugar, la casi mitad (42.2%) de los trabajadores de este país que laboran en condiciones precarias sin prestaciones no verá por obra y gracia del espíritu santo de la ley algún beneficio concreto. Ellos pasarán de 6 días de vacaciones nunca aplicados a 12 días de vacaciones nunca aplicados.

En tercer lugar, la gran mayoría de los trabajadores en este país lamentablemente casi nunca ven si quiera los 6 días de vacaciones que anteriormente se marcaban, lo mismo que los demás días señalados como no laborables. Mediante el látigo del hambre, la imposición y la amenaza para la mayoría de los obreros los días de vacaciones se pierden año con año -puesto que no se acumulan- o son tomados de manera fragmentada, como días aislados, para que según sus necesidades el propio patrón pueda parar labores a su conveniencia sin pagar por ello. ¿Cómo puede un trabajador disfrutar vacaciones -si así se le puede llamar- en un solo día a media semana laboral? Es claro que no tendrá ni el tiempo, ni el presupuesto, ni la planificación, ni las condiciones para esparcirse más allá de su propia casa, usualmente usando el día para pendientes. Estos trabajadores, lo mismo hoy que ayer, sin organización no obtendrán sino pasar de 6 días de vacaciones pisoteados a 12 días de vacaciones pisoteados.

En cuarto lugar, analicemos la propia concesión, suponiendo que ésta en realidad se aplicara en la realidad sin escamotearse y pisotearse por la mayoría de los patrones. ¿En qué consiste que sean dignas estas vacaciones? Consideremos que los empresarios de México, los capitalistas como clase social, representan una de las 20 burguesías más acaudaladas del planeta tierra, más en concreto para nuestra región la riqueza de la cual disponen explotándonos solo es rebasada por el conjunto de la riqueza que tienen bajo su poder los empresarios brasileños. Considerando lo anterior, compañero, te invitamos a observar la siguiente tabla para juzgar si nuestra expresión de pasar de vacaciones miserables a vacaciones raquíticas es injusta.

Vacaciones marcadas por ley en países de América Latina:

México: 12 días

Argentina: 14 días

Ecuador: 15 días

El Salvador: 15 días

Colombia: 15 días

Chile: 15 días

Guatemala: 15 días

Venezuela: 15 días

Uruguay: 15 días

Brasil: 30 días

Perú: 30 días

Panamá: 30 días

Cuba: 30 días

¿Qué nos toca hacer? La cuestión no es si aplaudir o no aplaudir que continuamos siendo el país de América Latina donde los trabajadores disfrutan de menos días de descanso por mucho o por un poco menos. Por supuesto nadie es tan ingenuo entre nuestra clase tras observar la realidad para pensar que porque “lo marca la ley” lo van a respetar los patrones. Lo que corresponde es organizarse, defenderse e ir por más.

Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales