Ximena esperaba a José y el sicario a ellos. En esta ciudad caótica todo el mundo se distrae por más que uno se cuide. José Muñoz dio los últimos pasos de su vida y Ximena tal vez emitió una sonrisa, la última.

En unos segundos fueron ultimados por las balas, por un sicario vestido de obrero. Un asesino a sueldo que estaba listo para terminar con la vida de dos jóvenes a los que seguramente ni conocía.

El sicario los esperaba, vestido como un trabajador cualquiera; era un asesino a sueldo, un sanguinario; varios transeúntes se toparon con él, incluso hasta lo rozaron. La maldad no hiede, no se percibe cuando vas de prisa.

La sangre fría que circula por sus venas le permitió ejecutarlos con rapidez. Bien entrenado estaba; Ximena Guzmán, la secretaria particular de la jefa de gobierno recibió 8 disparos, mientras que José Muñoz cuatro, provenientes todos de una arma calibre 9 milímetros.

La fiscal Bertha Alcalde y el titular de la SSC Pablo Vázquez Camacho, secretario de seguridad ciudadana afirmaron que el ataque fue muy bien planeado, y además costoso.

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“Las indagatorias han permitido identificar la participación de al menos cuatro personas presuntamente relacionadas con el crimen: el agresor material y tres más que habrían apoyado en la logística y conducción de los vehículos”, señaló Pablo Vázquez.

La motocicleta negra, el chaleco y el casco que utilizó el asesino fueron encontrados a algunos metros del lugar; la camioneta azul en la alcaldía Iztacalco. Ambos con reporte de robo y con el número de serie alterado. Estuvo involucrada otra camioneta gris en la que los asesinos presuntamente huyeron hacia el Estado de México.

Se perdieron entre millones de seres que caminan, serpentean con rapidez para dirigirse a esa hora a su destino… Entre ellos desaparecen los sicarios, huyen para recibir nuevas instrucciones, el nombre de otra de sus víctimas.

Todo México, conmocionado. Todo ocurrió mientras se daba la conferencia de prensa referente a seguridad. Imágenes paralelas, momentos separados, bajo el mismo tiempo… El tic, tac, de un reloj y a poca distancia doce detonaciones.

Ximena y José salieron como cualquier día a trabajar; el sicario salió como cualquier otro pero a matar…

Se ignora el móvil, no se sabe quiénes son los autores intelectuales, lo único que se sabe es que fue agresión directa contra los funcionarios que carecían de toda protección. Ninguno de ellos había recibido amenazas previas.

La conmoción fue notoria. Algo inusual estaba ocurriendo en la conferencia. Los periodistas que estaban presentes lo notaron, grabaron. Omar García Harfuch veía su teléfono, la presidenta a su vez recibía un informe escrito, al fin se acerca el secretario de seguridad y hace una llamada. Mientras se daba la conferencia de seguridad, en ese momento eran asesinados de manera artera Ximena y José.

Nada se nos ocultó como en antaño. Se dio de inmediato la terrible noticia que generó conmoción.

La vida de un sicario es muy corta. Éstos se multiplicaron y multiplicaron después de que Felipe Calderón Hinojosa declarara la “guerra contra el narcotráfico”, es cuando surgen más “halcones armados”, reclutadores, ejecutores, y los que se convierten en comandantes de células.

La pobreza y la falta de oportunidades hace que los casi niños sean reclutados con la promesa de un celular o de alguna baja suma de dinero, hay otros a los que no les preguntan y los someten bajo amenazas a que sean parte del cártel. La edad en que comienzan a realizar este trabajo oscila ente los 9 y 12 años. Los obligan a consumir drogas para que no sientan nada de empatía, para despojarse de todo sentimiento, para que se produzca una desconexión. Les enseñan a disparar sin mirar, luego viendo. Los premian hasta que los despojan de todo y hasta que en la mente solo tienen la idea de que solo matando así, rápido ganarán dinero, fama, poder y aceptación.

La gran mayoría de esos jóvenes provienen de familias en los que son maltratados por sus padres, hogares en los que carecen de todo afecto, de toda necesidad básica y están rodeados y son víctimas de violencia extrema… Por lo que cuando les ofrecen que tendrán atención y dinero acceden.

Pocos años vive un sicario. El promedio de vida es de entre cuatro y cinco años… Cuando ya no es útil lo asesinan los mismos que lo reclutaron porque sabe demasiado o ya no es útil; lo ultiman cuando comete un error, o en el momento en que genera la mínima desconfianza; mueren también en los enfrentamientos con las bandas rivales o con la policía y los militares.

Los jefes los deshumanizan y su reemplazo es rápido; los ven como herramientas desechables y como el reclutamiento no para, que vengan los otros, les entregan el arma y el nombre de la siguiente víctima…

Ximena y José fueron asesinados, ¿bajo las instrucciones de quién? Se desconoce el móvil.

La vida del sicario es muy corta, ¿dará tiempo de capturar a los asesinos? Eso de llamar “autor intelectual” a quien manda a ejecutar a personas a sangre fría es un ´alias´ que les da “cierto rango”; en realidad es otro tipo de sicario, solo que más vil y siniestro por su evidente cobardía.