La reciente detención del vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, quien fuera comandante de la Décima Segunda Zona Naval en Puerto Vallarta y sobrino del exsecretario de Marina, Rafael Ojeda, marca un parteaguas político. Acusado de delitos relacionados con el huachicol fiscal, su captura representa un movimiento significativo: Claudia Sheinbaum comienza a distanciarse de su mentor, Andrés Manuel López Obrador.
Este golpe se suma a otra acción de alto perfil en Tampico, donde fue detenido Francisco Javier Antonio Martínez, exdirector de Administración y Finanzas de la ASIPONA, acusado de estar implicado en la importación ilegal de 10 millones de litros de huachicol, decomisados en marzo pasado.
Ambos casos indican que no son acciones mediáticas o aisladas, sino parte de una estrategia clara: combatir la delincuencia organizada y desmantelar la red de protección que se construyó en el sexenio anterior al amparo del lopezobradorismo.
Durante su primer año, el llamado “claudiato” heredó y respetó compromisos obradoristas como la consumación de la polémica reforma al Poder Judicial y la desaparición de contrapesos y organismos autónomos. Sin embargo, las acciones recientes indican que Sheinbaum está comenzando a gobernar con una narrativa propia y sus deslindes se hacen cada vez más visibles.
Exhibiciones y deslindes
Varias figuras del círculo cercano a López Obrador han sido señaladas o están bajo investigación:
•Adán Augusto López: por vínculos con el crimen organizado y presuntas operaciones de financiamiento ilícito y lavado de dinero.
•Ricardo Monreal: por nexos con grupos criminales; ante la presión política optó por retirarse antes de ser exhibido públicamente.
•Sergio Gutiérrez Luna y su esposa ‘Dato protegido’: señalados por sus lujos excesivos, propiedades y joyas ostentosas que no corresponden a su perfil público.
•Los hijos de AMLO: evidenciados por su lujosa vida, viajes internacionales, con hospedaje y cenas costosas; por recibir beneficios empresariales por parte de grupos como Vidanta; vínculos con contratos y contratistas del Tren Maya, el AIFA y relación con organizaciones ligadas al huachicol.
•Manuel Bartlett: Con su largo historial desde que fue secretario de Gobernación, su presunta responsabilidad en la muerte del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, y sus prácticas corruptas en la CFE, incluyendo el impulso al huachicol de diésel.
•Beatriz Gutiérrez Müller: en el centro de la polémica por su presunta solicitud de ciudadanía española y rumores sobre una posible mudanza a Madrid.
Mientras, los principales líderes del crimen organizado: el ‘Chapo’ y sus hijos, el ‘Mayo’ Zambada y su hermano, Caro Quintero y más de 200 criminales entregados a la justicia estadounidense, como dijo Marco Rubio están “cantando” todo acerca de la relación con funcionarios de Morena.
Nuevo tablero político
Para Claudia Sheinbaum no ha sido sencillo. Aunque López Obrador le entregó el poder, intentó dejarla atada: el control del Congreso, la Corte, gran parte del gabinete e, incluso la Fiscalía General, aún responden a intereses del lopezobradorismo. Sin embargo, mostrando habilidad política, Sheinbaum ha logrado avanzar con una estrategia sutil, delegando el “trabajo sucio” a operadores discretos y desplazando fichas clave.
La firma de un acuerdo bilateral de seguridad con Estados Unidos, particularmente con el senador Marco Rubio, en temas como migración, narcotráfico y control fronterizo, representa un nuevo enfoque.
Las extradiciones relevantes y procesos judiciales que implican a actores de alto perfil han comenzado y a la par, la oposición ha comenzado a reactivarse.
Rompiendo el pacto de silencio, reaparecieron figuras como Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Ernesto Zedillo, y surgen nuevas corrientes opositoras fuera del PRI y PAN, partidos prácticamente cooptados por el obradorismo durante los últimos seis años.
Fracturas internas en Morena
Los movimientos no solo se dan en la oposición. Al interior de Morena, emergen nuevas fracciones críticas del lopezobradorismo. Un referente es el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar quien podría encabezar un nuevo partido aliado, pero con línea propia. Una corriente interna antiobradorista que comienza a consolidarse, incluso dentro de Palacio Nacional.
El claudiato
Se perfila como una etapa distinta al obradorato: más institucional, más cercana a ciertos sectores del empresariado y, sobre todo, con una imagen menos confrontativa ante actores internacionales y nacionales y, donde la ciudadanía empieza a ver gobierno, no solo discurso.
Lo que falta
Hay avances, pero también cuentas pendientes: el secretario de Educación, Mario Delgado arrastra señalamientos sobre el presunto financiamiento ilegal a campañas de Morena y por vínculos con el huachicol.
Permanecen impunes gobernadores y legisladores del obradorismo, que exigen protección e impunidad ante la amenaza de investigaciones en México y Estados Unidos.
La pregunta es ¿hasta dónde llegará la ruptura? ¿Será total o solo parcial? Por ahora, hay señales positivas: aunque sin romper abiertamente, la presidenta comienza a trazar su propio camino, marcando diferencias claras con su antecesor.
En resumen, estamos ante una transición política silenciosa pero profunda. Ruptura sin romper, como dice el título. Lo suficiente para comenzar a limpiar la casa… sin derribar las paredes, aún.
X: @díaz_manuel