Una reunión exitosísima, el diario Reforma la ha presentado como un nuevo ataque contra México: “Emplaza EU a México por prácticas anti T-MEC”.
Nada de eso dijo el visitante, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos. Todo lo contrario, elogió a México y a su presidenta, Claudia Sheinbaum, por la cooperación nunca antes vista entre ambas naciones. Lo hizo el importante funcionario del gobierno de Donald Trump teniendo a su lado a nuestro canciller, Juan Ramón de la Fuente.
Pero el diario Reforma tergiversó todo. Sus editores utilizaron algunas palabras de un comunicado no muy relevante de la oficina de Rubio —casi frases hechas en el lenguaje de la diplomacia estadounidense—: “El secretario enfatizó la importancia de resolver las barreras comerciales y no comerciales para fomentar la prosperidad de ambas naciones”.
En el contexto de la nota del periódico de la familia Junco —la posición principal en su portada impresa—, emplaza claramente es sinónimo de amenaza.
Es el periodismo que tenemos. El mismo que inventa cenas de ministros y ministras de la SCJN en restaurantes elegantes, se le desmiente y no es capaz ni de aclararlo ni de disculparse con la honestidad con la que cualquier persona honorable admite sus errores. Esta vez, por fortuna, la mayor parte de la prensa entendió la relevancia del encuentro Rubio - Sheinbaum: México salió ganando, otra vez por cierto. En la relación con Estados Unidos la presidenta de México ha sido sobresalientemente eficaz.
Respuesta del abogado Flores Castro al exesposo de Maha Schekaiban
Señor Arreola:
En relación a la carta aclaratoria del señor Bernardo Voguel. La misiva hace referencia a dos extraordinarias columnas suyas sobre el caso de Maha Schekaiban, tituladas “¿Sabe Ebrard que la cúpula empresarial es cómplice de violencia vicaria?” y “Señor Sesma Suárez: le creo a Maha Schekaiban porque la vi llorar”.
Me es importante señalar lo siguiente: No soy y nunca he sido abogado de Maha, ya que quien realmente representa sus intereses es la excelente abogada Ana Katiria Suárez, con quien a lo largo de los años he tenido oportunidad de atender diversos asuntos, pro bono, de mujeres víctimas de gravísimos actos de violencia. Ellas encontraron en Ana Katiria a una valiente compañera de batalla en causas que estimo muy justas.
Ninguno de esos asuntos fue mediático y en realidad eran todos de personas de muy bajos recursos, siendo el último de ellos en 2021. Si me involucré en el caso de Maha fue porque Bernardo Voguel, por conducto de un senador del estado de Oaxaca, me pidió sentarme con su exesposa para tratar de transitar con ella hacia un acuerdo, mismo que la señora Schekaiban no aceptó, ya que no incluía devolverle a sus hijos, la cual era su única condición inamovible.
En dicha reunión, Maha me pidió ser su defensor, ya que Ana Katiria estaba injustamente exiliada, a lo que me negué, por motivos personales y por diferencias con muchos de sus abogados, sin embargo, le prometí que en caso de que pasara un grave acto de injusticia la ayudaría.
Perdí contacto con ella durante meses, hasta que en una llamada telefónica en el mes de julio, me hizo saber que la FGJCDMX había pedido 36 años de prisión en su contra pidiéndome honrar mi palabra y defenderla de un acto sumamente desproporcionado. Desde ese día he visto una sola vez a Maha, si bien tenemos comunicación vía telefónica. En razón de lo anterior es completamente falso que esté operando a su favor en ninguna instancia de gobierno. Dicho sea de paso, sería un pésimo gestor cuando el resultado fue que la dependencia en que ‘operé’ pidió una pena más alta que la que ameritan casi todos los supuestos de homicidio en la Ciudad de Mexico, en contra de una madre que al menos en lo que a mí respecta, tiene como única exigencia recuperar a sus hijos.
No debe pasar desapercibido que la audiencia en que Maha pretende imputar al señor Voguel un delito, ha sido diferida 12 veces; en cambio, contra ella se está pidiendo la pena máxima. Cada quien saque sus conclusiones de quién es el traficante de influencias en esta historia.
Agradezco su tiempo y le ruego publique el presente extracto en su prestigiado medio. Atentamente, Mauricio Flores Castro.