Paso del norte y la tragedia

Tuve la ocasión durante esta semana de, literalmente, pasar por la Feria del Libro de la UAM Azcapotzalco y detenerme a saludar a un estimado profesor que presentaba una novedad literaria sobre/con haikus. Ese arte japonés de la poesía introducido a México por Juan José Tablada, quien lo ejerció con belleza y fortuna e influyó en ese estilo en otros poetas mexicanos y aun latinoamericanos.

Realmente escuché muy poco y no logré obtener el libro ahí presentado (ya lo haré), pero el hecho me hizo recordar un pendiente: transcribir los once haikus que el compositor Víctor Rasgado utiliza en su ópera, con libreto de Hugo Salcedo, Paso del Norte. Estructurada en un acto y doce escenas, fue estrenada el 26 de noviembre de 2011 en el Teatro Macedonio Alcalá, en Oaxaca, dentro de las actividades del XVII Festival Eduardo Mata, como una comisión de la Coordinación Nacional de Bandas del Sistema Nacional de Fomento Musical. Está dedicada “a los migrantes, héroes anónimos”.

Paso del Norte es una ópera compuesta a partir de la obra de teatro El viaje de los cantores, de Hugo Salcedo, basada en un hecho real: Un grupo de inmigrantes mexicanos que mueren asfixiados al quedar atrapados en el vagón de un tren con destino a Estados Unidos. Uno de los inmigrantes sobrevive. Por otro lado, la obra toma su título del cuento de Juan Rulfo, “Paso del Norte”, que desde la ficción narra una historia similar: un grupo de inmigrantes baleados y asesinados al tratar de pasar el río Bravo a Estados Unidos; sólo uno de ellos sobrevive, el protagonista del cuento. Otro hecho extraordinariamente semejante sucedió 16 años después, en 2003, cuando murieron 18 migrantes asfixiados en un tráiler abandonado en Texas (La Jornada, 15 de mayo de 2003). Es decir, la creación de Rasgado integra la problemática de la migración, la miseria, la violencia y la muerte a través de la ficción de Rulfo y la obra de teatro de Salcedo, tomando como título el nombre del cuento en vez de El viaje de los cantores, que tiene una musicalidad evidente; es decir, prioriza el drama. En adición a esas dos obras, libretista y compositor incorporan en la trama una serie de once haikus de nueve poetas distintos. Haiku, un arte de la brevedad que en su ortodoxia se compone de 17 sílabas articuladas en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas cada uno.

Quizá compartiendo una característica con el verismo italiano, que se basó en la nota roja, en la realidad social a finales del XIX y principios del XX (óperas como Payasos y Cavallería rusticana), Paso del Norte toma como punto de partida para la creación el hecho real de la muerte del grupo de migrantes zacatecanos dentro de un vagón de ferrocarril en el norte del país tratando de llegar a Estados Unidos (Paso del Norte es hoy Ciudad Juárez). Esta obra de 2010 sin duda está emparentada con Únicamente la verdad, de 2008, ópera de Gabriela Ortiz con base en la canción “Camelia la Texana” (que ya es un mito femenino), grabada por el grupo musical Los tigres del norte. De ambas he hablado ya en Ópera y migración; cinco obras.

Once bellos haikus para la tragedia

En la escena III, llamada “Cantos”, el compositor musicaliza a dos voces –tenor y barítono– once haikus de nueve poetas distintos en el siguiente orden: José Juan Tablada; Francisco Basallote; Francisco Monterde García-Icazbalceta (2); Elías Nandino; Ritsurin Issekino; José Rubén Romero (2); Ana Rosa Núñez; Ozaki Hoosai; Xavier Villaurrutia. Entretejidos en un todo durante la escena, engarzados pero distinguibles unos de otros por interjecciones vocales intercaladas a manera de barras diagonales en la cita de los versos de un poema dentro de un ensayo. Poemas que funcionan como referencia de la realidad de los hombres que emprenden el viaje. De una de las representaciones, transcribo los haikus que en sí mismos estimulan la imaginación, la belleza de síntesis y de imagen, y que en la opera contextualizan y presagian la tragedia por ocurrir; van en el orden que aparecen en la partitura:

Las columnas más leídas de hoy

José Juan Tablada

Es mar la noche negra;

la nube es una concha;

la luna es una perla…

Francisco Basallote (este haiku es muy semejante a los primeros versos de “Poemas en la arena” de José Ángel Buesa: Las olas vienen. / Las olas van. / Como las olas, / tu recuerdo viene y se va).

Vienen las olas,

con ellas tu recuerdo;

pero se van.

Francisco Monterde García-Icazbalceta

Luna de Veracruz

De las aguas

la luna saca a flote

la plata que se hundió con los piratas.

Elías Nandino

¡Nada es tan mío

como el mar

cuando lo miro!

Ritsurin Issekino

Mientras lo corto

veo que el árbol tiene

serenidad.

José Rubén Romero

La plazuela

Sesión permanente,

los viejos del pueblo discuten

la honra de toda la gente.

Día de oro.

La reata cierra

su interrogación

en los cuernos del toro.

Ana Rosa Núñez

Cangrejo, amigo,

también yo quisiera

desandar mis caminos.

Ozaki Hoosai

En la penumbra

de un pozo

reconozco mi cara.

Francisco Monterde García-Icazbalceta

De la torre mojada

el vetusto reloj

deja caer las horas como lágrimas.

Xavier Villaurrutia

Reloj

¿Qué corazón avaro

cuenta el metal

de los instantes?

A pesar de su muerte prematura, Víctor Rasgado (1959-2023) fue prolífico y dejó un amplio catálogo para piano, música de cámara, para orquesta y coro, instrumentos electrónicos y ópera. (“Víctor Rasgado y la ópera mexicana contemporánea” ).

Y si bien no se percibe una gran veta melódica en el compositor, este logra articular de manera efectiva los dramas de sus óperas; desde Anacleto Morones (1994), hasta Paso del Norte (2010), se puede apreciar el progreso constante. En el caso de su última ópera, ha sido un gran acierto de sensibilidad artística integrar a Rulfo, Salcedo y a los nueve poetas y sus once haikus para proyectar una tragedia en escena.

Aquí, la ópera completa; los haikus se encuentran en la escena III (direccionada en la caja de descripción del youtube):

Once haikus para una ópera contemporánea trágica

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo