Estamos en Semana Santa. Llevamos tres épocas o temporadas de Semana Santa vividas bajo este Gobierno.
Sin duda el presidente es muy trabajador porque no ha soltado sus mañaneras ni siquiera en estos días santos y que los católicos les llamamos “días de guardar”. Y es que si al menos el discurso mañanero fuera de reconciliación, de perdón, con un llamado a la unidad, vendría acorde con el sentido y significado de estos días que son días de reflexión, de espiritualidad.
Estamos a un día de conmemorar el Jueves Santo, en el que Jesús (y no Cuevas) le lavó los pies a sus discípulos como ejemplo de amor, humildad y servicio a otros... y también fue la Última Cena con ellos.
Pues bien, nuestro presidente, que a veces ha querido actuar como el propio Jesucristo y hasta se ha llegado a comparar, preguntó y cuestionó hoy una vez más que de dónde habían salido las casas y los departamentos del periodista y conductor de noticias Carlos Loret de Mola.
Una vez más amenazando, señalando, intimidando y emanando odio. Pero más allá de eso, distrayéndonos de lo importante.
En mi pasada columna comenté que Carlos Loret le venía muy bien al presidente pues aunque lo incomoda, le sirve para distraer. Porque no hay resultados, porque no hay cifras que beneficien a México, porque no hay nada que reportar que sea positivo, no hay buenas noticias y pues ¿qué queda?: hablar de Carlos Loret de Mola.
Hoy también ante el cuestionamiento hacia el presidente de una reportera sobre qué opinaba acerca de las muchas mujeres que están desapareciendo en Nuevo León contestó con una cara absoluta de desconcierto que “estamos ayudando (¿estamos?) en ese estado y en todos”.
Pienso que no sabía exactamente de qué hablaba la periodista. Y es que el presidente ha estado muy concentrado en su consulta, en Loret de Mola y en su reforma energética, y estos “contratiempos” como lo son el que desaparezcan mujeres en nuestro país es algo que no le importa, y es más ni siquiera estaba enterado. Así lo reflejó su rostro, estoy segura.
Es curioso que según los dichos de Obrador, es un hombre muy creyente y muy católico (o ya no sé si sea cristiano, evangelista o qué cosa sea en lo que él crea), pero el punto es que él dice creer mucho en Dios y dice admirar muchísimo a Jesús (no Cuevas) que según el presidente pues casi casi se parecen mucho ambos.
Me parece contradictorio que ni en estos días, el presidente pueda hacer una tregua y parar de atacar, agredir, amenazar desde el poder que tiene (ya hasta parece extorsionador) y pueda dejar a un lado sus ansias de venganza. En verdad que ni en días santos puede contenerse.
Y tampoco logra evitar agredir a otra mujer. En medio de este tema de desapariciones de mujeres dijo hoy que pues Carmen Aristegui la trae contra él. Justo en medio de ese cuestionamiento ataca a otra mujer y no sé si porque es algo pactado entre ellos o porque de veras este presidente está perdiendo ya la cabeza.
Yo no sé si mañana habrá mañanera. Es muy capaz de que hasta en Domingo de Resurrección siga gritando a los cuatro vientos la cantidad de gente que lo odia y las campañas de odio en su contra, según él.
Semana Santa, semana de odio con este presidente. Semana de mujeres desaparecidas, semana de desabasto. Semana Santa donde lo único que a él le importa es él.
Para este presidente no existe Dios. Existe él. Y nada más .
Que Dios nos guarde y nos proteja.