De nueva cuenta el proyecto de Reforma Eléctrica es, en la antesala de su análisis y discusión, un auténtico intercambio de posturas como suele pasar, máxime cuando se trata de un tópico de la naturaleza que a la postre se viene.

Sin embargo, con este tema el clima de polarización va en ascenso desde la clase política, empresarios e incluso funcionarios del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que pretenden meter mano o buscan tener injerencia en un rubro atractivo, pero que depende estrictamente de la toma de decisiones del Poder Legislativo.

El asunto es profundo; todos los legisladores en especial los de Morena coinciden en eso. El rubro reúne todas las características que demandan atención especial; habló de análisis previo, intercambio de posturas, estudio de especialistas y mucha paciencia porque, el tema, puede llegar a un escenario de confrontación por el manojo de intereses de las empresas paraestatales.

Se ha dicho que la Reforma Eléctrica contiene en su proyecto una transición de energías y una reestructuración para que el Estado tenga la rectoría, no solo para acotar los grandes beneficios de las compañías trasnacionales, sino para abrir el mercado, regular y bajar los precios y tener una mayor competencia internacional.

Por esa razón poderosa debe ser el poder legislativo el único vehículo para ir construyendo consensos. Recordemos que, para que el punto sea materia constitucional, forzosamente se requiere mayoría calificada.

Con esa plena identidad en el proyecto de Reforma Eléctrica no debe ser, por lo menos ahora, un terreno además de crispado, que nuble o sea rehén para maniobrar el asunto. El único mecanismo con capacidad es, sin lugar a dudas, el Poder Legislativo. Nada más. Es un ambiente fértil, no obstante, habrá instrumentos legales cuando se convierta en una realidad.

El Congreso federal y posteriormente el Senado de la República tendrá en sus manos el destino del proyecto que envió el presidente López Obrador.

Por ello, quizá poco abona los comentarios anticipados de varios funcionarios del Gobierno federal que, con una narrativa feroz, solo desvirtúan los hechos. Un ejemplo claro fue el del propio Manuel Bartlett, director general de la CFE que descargó anticipadamente algunos comentarios inapropiados. Tengo la impresión de que, más bien, trata de llamar la atención por el asunto de su competencia en la secretaría, asimismo, tendría razones suficientes porque se ha comenzado a especular su salida.

Esos pueden ser algunos de sus motivos. Se siente parte del proyecto, puede ser. Su dependencia está completamente ligada al asunto; no obstante, repito, solo produce más polarización en vísperas de su análisis. De por sí el tópico ha subido a niveles de fricción, aunque no es raro en la oposición que siempre trata de tomar partida para enfrentar al presidente.

Es lamentable que eso suceda. Hay en puerta un proyecto innovador y vanguardista que, a pesar de toda la polémica que se ha generado, no hay duda que traerá mejoras al país y beneficios directos a la población. Ya hay voces especialistas que adelantan eso; empero, es necesario abrir el debate hacia adentro del Legislativo; en esa lógica el punto será desahogar y disipar dudas e inquietudes a detalle a través de los instrumentos de participación.

Las voces malintencionadas desde afuera son, en este momento, ideas o comentarios superfluos en vísperas de una etapa de discusión que buscan producir un efecto o sesgar, de cierta forma, como los términos empleados a rajatabla. En cambio, considero importante que cada quien a través de su trinchera asuma su responsabilidad; ya bastante tiene el tema como para forzarlo más.

El Legislativo está haciendo su chamba y con toda la capacidad en la toma de decisiones, es la única palanca o el punto de partida para encender el motor que busca aprobar el proyecto de Reforma Eléctrica.

Por ello, ¡zapatero a tus zapatos! Dejen al Legislativo con pleno derecho de autonomía hacer su trabajo. No provoquen más división ni encono para llevar a cabo uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno del presidente López Obrador que, no tengo duda, se aprobará en mayoría.

Javier Lozano en Twitter: @JavierLozanoMor