A mi juicio, el proyecto que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) debe que tener un estudio minucioso de especialistas, técnicos y científicos en la materia. Todo ello, porque el tópico se ha convertido en un asunto más mediático y de capacidad de fuerza política que un tema trascendental, algo que incluso, ya está generando hostilidad y preocupación en las fuerzas de oposición que siguen empeñadas en no respaldar la iniciativa de Reforma Eléctrica.

A pesar de que hay inconformidad, hay señales o manifestaciones que indican que el PRI cambiará de opinión o, más bien, habrá negociaciones desde Palacio Nacional. Sabedor de ello, AMLO parece estar jugando las piezas del ajedrez de forma estratégica. De hecho, muchos exgobernadores estarían dispuestos a aceptar la invitación del mandatario para sumarse a la 4T.

Con ello, se debilitaría más la alianza tripartita. El presidente busca reunir aliados y tener mayor control o injerencia estratégica al fracturar el bloque opositor. Una de las opciones que puede encontrar una ventana es, hoy por hoy, los votos del PRI. Se dice que hay operadores del propio Partido Revolucionario Institucional que están convenciendo a un número importante de diputados.

Pero ¿y la foto? Hace unos días se retrataron los liderazgos de la expresión Va por México. Luego de que el PAN amagó con abandonar la alianza y romper relación política con el PRI, tuvo que venir una señal emergente para simular unidad. No tenían otra opción más que aparentar que siguen juntos para confrontar a AMLO.

Todos tienen oficio, pero, patológicamente, todos son mentirosos. Estoy seguro que nadie confía en nadie dentro de la alianza Va por México. También, ninguno puede asegurar que, de un momento a otro, esto no se fracture y a la postre se divida.

Por ello, es imposible asegurar que el bloque opositor se mantenga firme en una prueba donde, la lealtad de la convergencia, es la línea más delgada de tres partidos que, a lo largo de la historia, han tenido grandes contradicciones y, lo peor de todo, lo único que los une es la incapacidad que han mostrado ante la hegemonía dominante de un poderoso movimiento social.

Por ello, creo firmemente que la Reforma Eléctrica se aprobará sí o sí. Primero, hay capacidad del grupo parlamentario de Morena en ambas cámaras legislativas. Podría asegurar que más en el Senado de la República en la que, sus liderazgos de la fracción mayoritaria de la Cámara Alta, han demostrado eficiencia y pericia para sacar los proyectos en parlamento abierto y, lo más significativo, a través de consenso donde todos queden satisfechos con la decisión.

Otro aspecto sería la operación paralela que puso en marcha el propio López Obrador. Sabe que en el PRI existe un pragmatismo y, uno de sus puntos más débiles, son las componendas o los acuerdos que pueden pasar a ser la alternativa o la puerta para sacar sin mayor contratiempo la Reforma.

De hecho, las primeras manifestaciones ya se dieron: Transcendió que el presidente tiene una lista larga de propuestas de ex gobernadores o mandatarios en funciones para abrirles las puertas del gabinete en puestos de primer nivel. Traición al PRI o no, puede ser el camino de acceso a uno de los temas que más ha subido de tono.

Y no solo eso, ha circulado que el propio gobierno tendría lista una serie de expedientes para someter o ablandar a muchos funcionarios o exfuncionarios que estén desafiando, pero no como una venganza, sino porque realmente tiene cola que les pisen.

Su única alternativa será, a corto plazo, considerar más avalar el proyecto de Reforma Eléctrica. Por ello, no tengo duda que, el punto constitucional es, a futuro, prácticamente un hecho, aunque, a mi juicio, el arma más poderosa son los buenos oficios de la bancada de Morena y sus líderes en ambas cámaras.

Notas finales

Guerrero fue el marco de encuentro nuevamente entre dos presidenciables. El saludo fue respetuoso y amable; la jefa de gobierno de la Ciudad de México departió con el senador Ricardo Monreal por casi un minuto en vísperas de la toma de protesta. Ricardo Monreal detonó la charla rápida, pero al final eficiente porque da señales de que está en la mejor postura de llevar el proceso con unidad como ha mencionado a priori.

Al igual que Claudia Sheinbaum, dieron señales de entendimiento ya que a la postre será muy oportuna porque abre el canal de comunicación y cordura no solo para mejorar hacia adentro del partido los recursos en la toma de decisiones, sino como piezas clave de la llamada Cuarta Transformación.

Por cierto, circuló una encuesta en la que más del 58 por ciento de los encuestados no están de acuerdo en los métodos de selección del partido en Morena. Hay desconfianza y poco crédito a un mecanismo que, a futuro, se convirtió en la manzana de la discordia, lo que abre pasó a que los propios órganos internos evalúen, a la brevedad, un cambio al paradigma tradicional. Urge.

Javier Lozano en Twitter: @JavierLozanoMor