Agradezco profundamente a Federico Arreola por este espacio semanal que me permite acercarme a ustedes para hablar de temas que son de primera necesidad para México. No se trata sólo de leyes en papel, sino de acciones que transforman realidades, que protegen lo que no tiene voz y que construyen un país más justo y humano.
El contexto internacional y nacional
En el mundo, cada vez más países reconocen que los animales no son objetos, sino seres sintientes. Francia y Portugal ya los han incorporado en su legislación, y en México dimos un paso histórico en diciembre de 2024, cuando la Constitución fue reformada para que el Congreso pueda expedir leyes en materia de protección y bienestar animal. Ese cambio no es menor: significa que el cuidado animal dejó de ser un tema secundario para convertirse en un eje de política pública.
Sin embargo, aún persisten vacíos que abren la puerta al maltrato, especialmente en la comercialización de animales. Hoy vemos venta irregular en internet, especies exóticas traficadas sin control, criaderos sin estándares mínimos de bienestar, animales sometidos a hacinamiento o expuestos sin alimento ni atención veterinaria. Y todo esto no sólo afecta a los animales, también impacta en la salud pública, en la seguridad y en la confianza de las familias que los adquieren.
El corazón de la iniciativa
Por eso presenté una Iniciativa con Proyecto de Decreto que reforma la Ley Federal de Sanidad Animal y la Ley General de Vida Silvestre, con un objetivo claro: dignificar la forma en que se comercializan los animales en nuestro país.
Esta propuesta establece que será ilegal vender animales en condiciones de maltrato: sin agua, sin ventilación, en hacinamiento, sin atención veterinaria o expuestos al sol o al frío extremos. También prohíbe la venta de ejemplares con menos de cuatro meses de edad. Y en el caso de especies exóticas, sólo podrán manejarse en condiciones autorizadas y seguras, nunca como un negocio sin control.
Además, prohíbe su venta o donación a menores de edad y regula el entrenamiento de fauna silvestre, para que no exista sufrimiento ni prácticas abusivas. Es decir, la iniciativa no sólo protege a los animales, sino que también da certeza a las familias, fomenta una cultura de responsabilidad y garantiza que México no sea tierra fértil para el tráfico ilegal de especies.
Lo que está en juego
Hablar de animales es hablar de empatía, de respeto y de un país que mira hacia el futuro. Cuando un niño aprende a cuidar a un perro, un gato o incluso a valorar la vida silvestre, está aprendiendo también a respetar la vida en todas sus formas. Esta iniciativa no se limita a sancionar abusos, sino que impulsa un cambio cultural de gran alcance.
Querétaro y México necesitan leyes que reflejen nuestros valores y aspiraciones como sociedad. Esta reforma es un paso firme hacia un país donde la justicia se mida no sólo en cómo tratamos a las personas, sino también en cómo cuidamos a los seres vivos que comparten nuestra casa común.
Sé que legislar no cambia las cosas de la noche a la mañana, pero sí abre caminos. Y este camino es uno que debemos recorrer juntos: el de un México empático, justo y responsable con todos los seres vivos.
Porque cada esfuerzo que realizo como diputado federal tiene un propósito mayor: construir un estado que sea ejemplo de dignidad y fortaleza. Todo este trabajo lo hago con la convicción de hacer de Querétaro fuerte otra vez, y estoy seguro de que, con su apoyo, lo vamos a lograr.
Ricardo Estudillo Suárez, Diputado Federal del Partido Verde Ecologista de México.