La novela dramática de Boeing no ha terminado, y menos ante un gobierno que quiere emular al Imperio Romano, pero en decadencia, con un presidente que parece Nerón, incendiando su capital nada más por el gusto de “ver el mundo arder”.
Para mí, Boeing es un retrato de la sociedad norteamericana, que creía ser “la última coca-cola del desierto”. Sí, durante muchos años la gente confió de manera exclusiva en la armadora gringa, al grado de decir que si no era avión Boeing, no volaban, (If it’s not Boeing, I’m not going).
Actualicemos información: la Agencia Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés), busca multar a la fabricante Boeing. Y en el Senado han declarado diversos trabajadores reconociendo ante los legisladores que “están fabricando aviones defectuosos”, tal y como lo recoge el medio Associated Press (AP).
De acuerdo con esa información, la FAA busca que las multas contra la fabricante Boeing sean hasta por 3.1 millones de dólares, por el evento de la puerta/tapón del B737MAX9 del vuelo de Alaska Airlines, además de otras violaciones a los protocolos y procesos de seguridad cometidas durante el 2023 y 2024.
Hay que decir que aunque en ese evento no hubo víctimas fatales, si abrió una caja de “Pandora”, pues destapó que muchos tornillos que sujetan esa puerta/tapón en otros aviones estaban mal apretados o sueltos -entre otras cosas que salieron a la luz-, dejando en claro que la falta de supervisión en los procesos de armado de un avión, ponen en riesgo la seguridad tanto de pasajeros como de tripulantes durante el vuelo.



Por tal motivo, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTBS, por sus siglas en inglés), en el mes de junio informó que después de una ardua investigación de 17 meses, encontraron varias deficiencias en la fabricación de aeronaves. Y no solo eso, también descubrieron una falta de protocolos de seguridad e inspecciones totalmente ineficaces. Estas conclusiones derivadas de auditorías que se le realizaron.
¡Cómo estaría el asunto, que la FAA halló cientos de violaciones! No es cosa menor, si algo tenemos presente quienes amamos la industria aérea, es que siempre se deben tener altísimos estándares, sobre todo, cuando se refieren a temas de seguridad aérea.
Donde más se encontraron fallas en los sistemas de calidad fue en las fábricas de Renton, Washington, y en la de Wichita, Kansas, de la subcontratista “Spirit AeroSystems”, encargadas de la fabricación de los aviones modelo Boeing 737, y también de su familia MAX.
El problema radicó en la “autocertificación”, es decir, cederle las inspecciones de la fabricación de las aeronaves al personal de Boeing y no a la gente de la FAA, con tal de sacar los aviones “en tiempo y forma” de acuerdo con su cronograma. Lo que provocó que pasaran por alto la supervisión a rajatabla de los procesos y los protocolos de seguridad. Es decir, sacaron al mercado aviones que no cumplían con los estándares de seguridad reglamentarios.
Por supuesto Boeing no se ha quedado en silencio ante esto y a través de un comunicado por la posible sanción de la FAA, argumentan que sí se han elevado los estándares de seguridad y que incluso ha mejorado su gestión en la supervisión de seguridad y calidad de sus aeronaves. En pocas palabras, que su producción de aviones actualmente cumple con la garantía de calidad para volar sin ningún problema.
En el comunicado expresaron:
“Lamentamos el accidente del tapón de puerta de enero de 2024 y continuamos trabajando para fortalecer nuestra cultura de seguridad y mejorar la calidad y responsabilidad desde el primer momento en todas nuestras operaciones”.
Boeing
No podemos dejar de decir que este es un tema delicado, pues el modelo B737 sea NG o MAX, son los caballitos de batalla para muchas líneas aéreas, como en nuestro país es el caso de Aeroméxico y la nueva Mexicana, así que claro que se puede (de hecho “se debe”), exigir que esta fabricante cumpla con todos los estándares y regulaciones en materia de seguridad.
Imaginen nada más la importancia que tiene Boeing en el país vecino que su Departamento de Justicia llegó a un acuerdo con la fabricante para evitar un juicio por “engañar” a la FAA en el caso de los accidentes que tuvieron con su modelo MAX y que dejaron cientos de víctimas mortales.
Lo cierto es, ¡urge! que la aviación en el vecino país se tome en serio este tema y no traten de salirse con la suya, porque con la seguridad no se juega. La gente, y sobre todo las aerolíneas, confían en Boeing porque durante años demostraron que son una fabricante sólida y seria.
Son buenos aviones, pero “sí o sí” deben dejar atrás las malas prácticas. No es opción querer ahorrarse tiempo, dinero o esfuerzo porque, como bien decimos en México, “les puede salir más caro el caldo que las albóndigas”.