La mejor manera de ir disipando dudas, sin duda, es entablar un diálogo frontal, tanto con la sociedad como con los medios de comunicación que, al final de cuentas, son los que difunden la nota. Como sabemos, la dirigencia nacional de Morena, a través de sus representantes, están llevando a cabo una gira por todas las entidades del país. Hasta este momento, en efecto, están por cubrir la mitad de los estados de la república, incluyendo los que gobierna la oposición. A raíz de eso, la dirección del partido guinda se ha encontrado una militancia unida y echada para adelante. Saben del enorme desafío que se avecina, pues las elecciones intermedias del 2027, créanme, se juegan desde ahora con gran intensidad. No hace falta ser tan suspicaces para darnos una idea de lo que acontece en cada territorio. La expresión, de hecho, se manifiesta en cada presentación, asamblea, recorrido y todo acto de presencia que sirva para proyectarse ante la gente.
Eso, sumado al tiempo que resta, es lo que está produciendo ruido al interior. De lo que se trata, hablando específicamente de la gira que está llevando a cabo Morena, está claro, es de ir aceitando la maquinaria. Es mucho más viable que la coalición, una vez constituida, parta con la favorita para arrasar. No me imagino a Morena compitiendo solo como fuerza política, no porque no tenga la capacidad, sino por muchos elementos que envuelve el desarrollo sociopolítico. Una de ellas, sin duda, es profundizar el proyecto de nación desde el legislativo federal. Más que una sociedad, en definitiva, estamos hablando de un acompañamiento a las causas que unen a las militancias. El PT, por ejemplo, es el único partido que, desde sus inicios, ha cerrado filas con AMLO, lo mismo que con Claudia Sheinbaum.
Para que todo esto tome forma, sobra decir, primero hay que establecer las reglas de participación interna. La encuesta, de principio a fin, será el único método para elegir a los representantes que el pueblo ponga en las boletas. Eso, hasta ahora, ha funcionado muy bien, más allá de las protestas aisladas de uno que otro actor. Se antoja muy difícil poder desplazar o sustituir ese mecanismo, sobre todo cuando está explícito en los estatutos. La misma Luisa María Alcalde, desde Morelia, dijo qué quienes tengan aspiraciones, en este ejercicio entrante que se acerca, serán evaluados por cuestionarios a preguntas expresas. Eso, al menos en lo que viene, deja al descubierto que la voluntad continua para que esto sea lo más transparente posible.
Ya con la encuesta como método, y con las condiciones dadas para ganar, en todos los bandos, la izquierda debe poner la unidad por encima de cualquier aspecto; es decir, no menospreciar el poder político del PVEM, pero sobre todo del PT. El impulso que tomó el Partido del Trabajo, en especial de los resultados de Veracruz y Durango, los mete de lleno al terreno de la competitividad. No se trata de realizar una comparación, sino de visibilizar los frutos que se pueden continuar cosechando de esta alianza. En lo nacional, por ejemplo, esa sociedad puede llevarse, sin problemas, las 17 gubernaturas que estarán en disputa, incluyendo Querétaro, la joya de la corona.
El punto es que, con ello, se vuelve tan fundamental sellar una alianza con quienes constituyen la coalición Seguimos Haciendo Historia. A nuestro juicio, y a menos de dos años para que se pongan en marcha las elecciones, será el momento perfecto para aplastar, de una vez por todas, a una oposición que está quebrada y, lo peor de todo, sin liderazgos. Así lo vemos claramente con un PRI, que, a pedazos, se desmorona con renuncias. Los escándalos de Alito, sumados a la cadena de fracasos, es obvio, los pone en jaque. Sin ir más lejos, el Revolucionario Institucional, ante la incapacidad de su líder, no ha podido ni asomar las narices. Tal vez vivan sus últimos años, antes de que les suceda lo que al PRD. De hecho, se sabe que Alejandro Moreno no dejará el poder. Él, y solo él, toma las decisiones a su antojo. Esa obsesión que tiene de poder, evidentemente, los está llevando aceleradamente al ocaso.
Por eso el manejo de las circunstancias, bajo el principio rector de la unidad, Morena, en esa lógica, tiene que tomar en cuenta a los partidos aliados como PT y PVEM. De eso, ya lo dijimos, dependerá mucho el resultado de las elecciones intermedias. La razón es simple: evitar fracturas y puntos de quiebre que impidan avanzar a la consolidación de un proyecto de nación. Aunado a ello, evidentemente, vienen elementos inherentes como la agenda de trabajo que, en sí, se concreta desde ambas cámaras legislativas. En ella, por supuesto, existe mayoría calificada por los votos que suman los partidos que han acompañado esta causa.