La presidente Sheinbaum y sus correligionarios continúan cantando las bendiciones de la reforma judicial. En actos genuinamente indignos, pretenden hacer pasar el mensaje de que el ejercicio ha sido un paso más en la constitución de una auténtica democracia. Le mienten cobardemente en la cara al pueblo de México

Los morenistas han esgrimido la idea de que la oposición sí fue invitada a participar para “colocar” a jueces y magistrados de su preferencia; pero que ellos, derivado de su propia decisión, habían rehusado formar parte de los comités evaluadores.

Tras la conclusión de la elección, Sheinbaum, en su retahíla de mensajes manipuladores dirigidos a desnaturalizar la realidad del fracaso del domingo, hizo alusión a que los partidos políticos de oposición no habían hecho nada para hacer “elegir” a sus jueces y magistrados.

Sheinbaum y la 4T no han entendido nada, o no quieren hacerlo. En su concepción autoritaria, tramposa, manipuladora y errónea del Poder Judicial, éste surge de los partidos políticos, y por tanto, los jueces no son funcionarios de Estado, sino políticos al servicio del mejor patrocinador.

¡No, presidente Sheinbaum y demás simpatizantes! ¡No! Los miembros del Poder Judicial, a diferencia del Ejecutivo y Legislativo, se deben exclusivamente a la interpretación de la ley y al estricto cumplimiento de las constitución y de las normas jurídicas.

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¿Qué les parecería que de ahora en adelante se sometiese a elección popular el nombramiento de los diplomáticos o militares? Habría que recordarles que ellos, al igual que los miembros de la Corte, surgen de una propuesta enviada por el presidente al Senado, y por tanto serían, en la concepción “cuatroteista”, ilegítimos pues no cuentan con la “bendición” del respaldo de las urnas.

En este tenor, si bien la Suprema Corte de Justicia mexicana no ha estado exenta de cotilleos políticos, el desmantelamiento de la totalidad del Poder Judicial no ha sido nada más un acto desproporcionado dirigido a la destrucción del Estado de Derecho, sino una afrenta a los miles de abogados que durante años trabajaron duramente para hacer realidad su carrera judicial.