Andamos en mudanza y ya se imaginarán el tamaño de los gastos, por lo que he tratado de ser muy cautelosa con el manejo del dinero. No soy tacaña, pero este año tuve que dar un aviso que no fue del agrado de la más joven de la casa: no habrá regalos navideños.
El tema de la economía familiar enciende los ánimos en varios sentidos. Primero, la bomba estalla en el hogar, cuando por algún gasto emergente se deben suprimir ciertas compras y apretar tantito el cinturón. Después, en las pláticas entre amigos y familia hablar de dinero, aguinaldos, bonos y otras cosas, se convierte en la hoguera de las vanidades, competencias de quién gana más o menos, sin faltar el eterno quejoso o quejosa que dice que hoy más que nunca en México estamos mal, re mal.
Cada quien habla de la feria como le va en ella, dicen por ahí, pero hace unos días, en una declaración que marca un hito en la trayectoria social del país, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que por primera vez en la historia reciente de México hay un mayor porcentaje de población en la clase media que en situación de pobreza, basándose en datos del Banco Mundial (BM) y el INEGI. El anuncio resalta los avances de los siete años de la Cuarta Transformación, durante los cuales alrededor de 12 millones de mexicanos se sumaron a la clase media.
Según los datos presentados, la clase media pasó del 27.2% de la población en 2018 a alcanzar el 39.6% en 2024. Paralelamente, el número de pobres por ingresos se redujo de 35.5% a 21.7% en el mismo lapso, lo que significa una disminución de 13.6 puntos porcentuales.
Aclaremos. El Banco Mundial define a la clase media en México como personas con ingresos per cápita de entre 13 y 70 dólares al día (aproximadamente entre 7,800 y 42,000 pesos mensuales), además de considerar acceso a servicios básicos como electricidad, agua potable, internet y bienes domésticos como refrigerador. Para la pobreza por ingresos, se toman como referencia ingresos inferiores a los 3,300 pesos mensuales.
Desde el inicio de su mandato, la presidenta puso la reducción de la pobreza como una de las prioridades centrales de su administración, buscando continuar y ampliar los esfuerzos de la Cuarta Transformación.
Y se ha ido logrando poco a poco este objetivo.
Sheinbaum atribuyó este progreso a la combinación de los programas de bienestar y el aumento del salario mínimo, así como a las reformas laborales implementadas durante el gobierno anterior, que su administración ha mantenido y fortalecido. En 2025, la inversión en programas de bienestar alcanzó los 850 mil millones de pesos, con proyecciones de llegar a un billón en 2026, beneficiando a 30 millones de familias directamente. Entre los programas destacan la pensión Mujeres Bienestar, la beca Rita Cetina Gutiérrez y Salud Casa por Casa.
Sí, ha habido cambios significativos en el ingreso de los mexicanos.
En el año 2000, la clase media representaba solo el 18.1% de la población, mientras que la pobreza alcanzaba el 55.1 por ciento. Después de tres sexenios de gobiernos neoliberales los cambios fueron mínimos y hoy podemos hablar de resultados. Con seguridad, el año próximo se tendrán buenas noticias.
Todavía hay camino por andar y temas que atender, claro que sí, pero 2026 pinta bien si se continúa en la misma línea y sobre todo, se sigue erradicando la pobreza desde abajo, para que sean los más desprotegidos que suban un escalón, y no la clase media la que descienda, como ocurría en el pasado.
Sin regalos bajo el árbol, pero con la alegría de cerrar un año en familia, que sea una cálida Nochebuena para todos y todas.





