Lo que sigue luego de los resultados de las últimas elecciones, es el mayor temor de opositores y defensores de la democracia: la consolidación de AMLO y su partido como opción única. Si no pasa algo extraordinario en 2024, tendrá el control absoluto de la elección presidencial, la de CDMX y la del Congreso de la Unión.

Ganó la Delfina de Andrés

Si bien en la elección intermedia Morena y Claudia Sheinbaum tuvieron una derrota estrepitosa que se replicó en el Estado de México, el impacto de la elección del domingo puede cambiar significativamente el panorama en la CDMX.

Sheinbaum fue la gran operadora política de la elección en el Estado de México. Logró imponerse al conflicto y la disputa por las grandes cantidades de apoyos que circularon a Horacio Duarte e Higinio Martínez para la campaña de Delfina.

Claudia mandó a sus operadores y recursos que le permitieron mostrar músculo y quedar bien con su patrón.

La segunda parte de la estrategia se ejecutó desde Palacio Nacional. AMLO y sus operadores de cabecera supieron poner de rodillas a Marko Cortés y a Alito para evitar que movilizaran a su clientela política. ¿A cambio de qué? Lo sabremos muy pronto.

La traición que viene

A nadie sorprendería que, para evitar hacer sombra a Morena en CDMX, Marko Cortés decida mandar a contender al “gallo” más débil y cerrar el paso a precandidatas fuertes como Xóchilt Gálvez. Esa fórmula ya la tiene muy ensayada, en 2018 con Ricardo Anaya evitaron a toda costa la alianza con José Antonio Meade, lo cual sirvió para despejar el camino a AMLO.

2024

En cuanto a la elección presidencial, la negociación de Alito y Marko con el presidente de la República parece clara, que no se consolide una alianza opositora y generar las condiciones para que la candidata de Morena y de Andrés -que es Claudia Sheinbaum- no tenga un rival fuerte.

¿Será por eso que renunció Ebrard?

Ya vimos lo que ocurrió en la elección del Estado de México, previo a la elección, en lugar de evitar errores y dar certidumbre, las dirigencias del PAN y del PRI generaron confusión entre los electores acerca de cómo votar, de que se tachara un solo partido, etcétera, y luego empezaron a competir creando dudas y desconfianza que en nada favorecieron a la Alianza; por otro lado el PRI, que si algo sabe es de movilización electoral, amarró matemáticamente a su base, como resultado, en la zona oriente del estado, la de mayor población, el PRI disminuyó entre 3 y 5% su votación; a pesar de ello, los votos obtenidos fueron suficientes para imponerse rotundamente al PAN, al que hoy cuestionan por no haber aportado nada a la Alianza y luego dicen que no serán ellos quien pongan al candidato para la presidencial, es decir, se repite, pero peor, el numerito del 2018.

Con el resultado que se avizora en la elección del Congreso, Morena recuperaría en control y AMLO concretaría su famoso “Plan C”. Por ello, violando la ley de forma flagrante, el presidente López Obrador llamó al pueblo de México a votar en bloque en 2024 por el proyecto de país que encabeza y así lograr las reformas a la Constitución fundamentales para la consolidación de su proyecto, entre ellas la reforma al poder judicial.

Contrapesos

El andamiaje institucional que nos sostiene.

Claramente AMLO ha avanzado mucho en la destrucción del andamiaje institucional, quiere ser él y nadie más quien decida, pero tuvo una falta de cálculo en 2021, con su popularidad y la de su partido Morena menguada, perdió el control del Congreso y no pudo concretar las reformas constitucionales que propuso.

Tampoco midió que la Corte ha permanecido como un poder autónomo y firme, que ha frenado sus anticonstitucionales iniciativas. Él lo sabe, por eso cambió la estrategia a lo que mejor sabe hacer. Su Plan C, consiste en negociar, comprar, atemorizar y coludirse con la crema y nata de lo peor, eso ya le dio resultados en 2018 y por eso lo vuelve a hacer, para empezar, ya tiene a los lideres del PRI y del PAN serviles y sumisos a sus designios.

Con esta fórmula y como ya lo vaticinó, lo que sigue es ganar el Congreso en 2024 y ya sin oposición ni contrapesos, enviar para su aprobación todas las iniciativas antidemocráticas y autoritarias que no pudo sacar durante su administración. El dueño del circo democrático moverá los hilos que sean necesarios para consolidar su hegemonía autoritaria por varias décadas.

¿Dejará la ciudadanía que utilicen así a la oposición para implementar su autocracia?

Twitter: @diaz_manuel