En el noble oficio de la política, como lo definía el expresidente Andrés Manuel López Obrador, necesariamente existen bandos opuestos, ganadores y perdedores. En los últimos días, hemos visto cómo varios políticos de la derecha siguen sumidos en sus propias derrotas.
Argentina
Perdedores: Javier Milei y su hermana Karina Milei, envueltos en un escándalo de corrupción (“coimas”) a una empresa médica, de la cual le tocaba un 3% a la también tarotista y terapeuta del libertario que habla con su perro muerto todos los días.
Ganadores: Axel Kicillof y el peronismo, que logró ir en un bloque unido y se llevó un triunfo contundente en la zona metropolitana de Buenos Aires. La “libertad” del capitalismo salvaje ya no avanza. Fracaso total.
México
Ganadores: La presidenta, que llega a su primer Grito de Independencia con un 80% de aprobación y que ha logrado sortear las agresiones del decadente imperialismo estadounidense.
Perdedores: Perú, cuyo gobierno con 8% de aprobación, se atreve a declarar a nuestra mandataria “persona non grata”. Alito Moreno, “Lilly” Téllez y el resto de los traidores a la patria que celebrarán esta agresión artera de ese pseudogobierno golpista contra el gobierno totalmente legítimo de México.
Resto del Mundo
Ganadores: Rusia, India y China, quienes gracias a las políticas agresivas y erráticas de Donald Trump, han logrado dirimir influencias históricas y llegar a un consenso junto con otros países del “sur global” (el verdadero “mundo libre” en el actual contexto histórico) para nuevas estructuras de gobernanza más allá del fracasado neoliberalismo y el salvaje “orden basado en reglas”.
Perdedores: Estados Unidos, Europa y sus “aliados” (colonias) en Asia y Oceanía.
Mientras que otras regiones del mundo invierten en salud, transporte y tecnología, la desindustrilización estadounidense y el colapso de su infraestructura avanza a pasos agigantados.
Trump y el trumpismo no durarán para siempre, pero el daño que han hecho al prestigio y el poder que le quedaban a los Estados Unidos, jamás podrán recuperarse. Respecto a la península europea y demás países cipayos de EU, su largo “siglo de la humillación” comienza a configurarse.