Qué bueno que tres extraordinarios artistas comprometidos con las mejores causas de México no vivan el infierno de pequeños en sus familias con cáncer infantil o artritis idiopática juvenil sistémica.

Si lo vivieran, sin duda El Fisgón, Hernández y Rapé habrían escupido al subsecretario Hugo López-Gatell cuando este, en El Chamuco TV, dijo la enorme pendejada de que el desabasto de metotrexato inyectable es un invento de la derecha internacional decidida a organizar un golpe de Estado en México.

No sé si haya desabasto de otros medicamentos utilizados para tratar el cáncer infantil, pero me consta que el metotrexato inyectable escasea en México.

Mi nieto mayor, de 10 años de edad, lo necesita, afortunadamente no para el cáncer infantil, pero sí para otra enfermedad terrible, incapacitante y que genera espantosos dolores en todo el cuerpo, la artritis idiopática juvenil sistémica.

No le deseo a nadie esa tortura. Sufre el pequeño cuando le faltan medicinas y sufrimos los mayores en la familia buscando conseguir las dosis del metotrexato inyectable que él se aplica cada semana.

Si me topo a Gatell le escupiré al rostro. Por mentiroso, por inmoral y por justificar su incapacidad con la más tonta de las excusas.

¿Es una invención el desabasto de medicinas, simple propaganda de los golpistas de otros países en complicidad con el fascismo nacional?

Que no mame el rockstar de la epidemiología, quien debería hablar menos y trabajar más para resolver un problema que tanto daño le hace a la 4T y a Andrés Manuel López Obrador, el más honesto y trabajador presidente que hemos tenido, quien ha cometido solo un error serio, el de confiar en charlatanes como el mencionado médico.

Posdata

El hoy prócer de la 4T Hugo López-Gatell trabajaba para el gobierno de Felipe Calderón cuando los moneros y muchas otras personas protestaban contra el fraude electoral de 2006 que llevó al poder al peor gobernante de la historia.

¿Que Calderón corrió a Gatell? Es cierto, pero no se le despidió por sus ideales democráticos, sino simple y sencillamente por inútil. Por lo que es, pues.