Justo hace unos días, desde la sede de Palacio Nacional, la presidenta anunció un esquema de ayuda que llegará a todas aquellas familias que sufrieron los efectos de las lluvias intensas. La propia administración de Claudia Sheinbaum, hizo un balance detallado. Estamos al tanto, por ejemplo, del número de víctimas y las condiciones actuales de un numeroso grupo de familias que padecieron el vendaval que azotó. De hecho, supimos que varios sectores de la población, que estaban expuestas en puntos de mayos vulnerabilidad, resultaron con severos daños que han sido cuantificados y, por ende, calculados para ir reconstruyendo caminos, accesos y viviendas. Sobra decir que llega ayuda de todas las partes de la república. Vemos arribar camiones y brigadas que han decidido, por voluntad, acudir y prestar los servicios, sobre todo aquellos que más necesitan asistencia.

A nivel federal, ya lo vimos, Sheinbaum no escatimará recursos para atender a cada familia que resultó perjudicada por el fenómeno natural. Basta ver la cercanía que muestra en los propios recorridos que hace a pie por las zonas que sufrieron deslaves y acumulación de agua. Eso nos ha motivado a buscar algún mecanismo de ayuda.

Del otro lado de la moneda, como siempre ocurre, ha comenzado también una campaña de desinformación a fin de intentar sacar provecho. Haciendo eso que no debería pasar, Ricardo Salinas, el magnate, ha tratado de sacar raja política de todo esto. Sus comentarios, nada apropiados, son la narrativa envenenada de un conservadurismo que expone su lado más mezquino. La mala noticia para ellos es que requiere mucho más para mermar las buenas intenciones que tiene el gobierno de apoyar. Justamente por eso, la propia Sheinbaum, a través de los canales oficiales, está difundiendo la comunicación en tiempo real.

Con todo un fundamento, claro está, reconozco la capacidad que tiene Claudia para actuar lo más pronto posible. De igual forma, ha facilitado todos los mecanismos e instrumentos tanto de la Sedena, como de las instituciones que, por su relevancia, tienen que cumplir con la misión de ayudar. Se dispuso, por ejemplo, de móviles de salud que están llegando hasta el punto más vulnerable.

Bajo la tutela de Zoé Robledo, queda claro, el IMSS está abarcando tramos importantes que, por su condición, requieren de la atención de médicos y, por ende, el suministro de medicamentos. Hay, en efecto, suficientes elementos para desplegar el protocolo de seguridad. Vemos, de hecho, que se ha dado respuesta inmediata. Nosotros, al verlo con nuestros propios ojos, podemos puntualizar como una labor titánica que, además de todo, está a la altura de las circunstancias.

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De los aspectos que más hemos destacado, desde que ocurrió este fenómeno natural, fue la capacidad de organización y la logística que se desplegó por los estados de San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz y Puebla. Sumado a todo ello, lo puntualizamos en las columnas pasadas, es la buena coordinación con los gobiernos estatales, en especial para poner a disposición de las personas albergues y acceso a los alimentos. Ese mismo plan, que es parte de la respuesta inmediata, también contempla programas de asistencias que siempre los vamos a aplaudir sobre todo en momentos como este. Eso ha permitido, de manera directa, que los víveres lleguen a manos de quienes lo necesitan. Así, sin rodeos ni simulaciones como se hizo en gobiernos del PRIAN.

Entonces, queda claro que por el compromiso que se hizo con la sociedad esto será una coyuntura para comprobar que, pese a los duros momentos, el gobierno movilizará el recurso para construir viviendas, caminos y hospitales. Esta forma de realizar o llevar la ayuda, desde luego, pone de manifiesto que no hay simulaciones ni mucho menos mecanismos que no tienen ningún sentido como el Fonden. El apoyo, que lo vemos a diario, se entrega directo y sin intermediarios que, lo único que hacían, era aprovecharse de la desgracia y no distribuir nada. Por eso, meses después, supimos que la mejor manera de encarar con todo era buscar un mecanismo o decreto para poner fin a ese tipo de instrumentos que incumplían con los protocolos de emergencia.

Lo que realmente consideramos los ciudadanos, que evaluamos el trabajo que vemos, son las acciones concretas. Aplaudo, en particular, las campañas de recolección de víveres que muchos estados llevan a cabo para sumarse a esta labor humanitaria.

Ayer, por ejemplo, vimos salir un tráiler repleto de medicamentos, cobijas y víveres de la propia Ciudad de México. Ante lo que aconteció, de hecho, también Morelos, a través de su gobernadora Margarita González Saravia, ha movilizado centros para recolectar todo aquello que sea de utilidad para ayudar a los damnificados.

Esa misma decisión la tomó Evelyn Salgado, mandataria estatal de Guerrero. Ella, a propósito de ello, sabe muy bien lo que significa cargar sobre sus hombros tareas de esta índole, sobre todo por el fenómeno natural que azotó Acapulco. Por eso desde allí, como de territorios del centro y sur del país, han integrado una logística que incluye brigadas para colaborar en acciones específicas. Así lo han demostrado puntos de la geografía como el Estado de México, de Delfina Gómez. O el caso de Chiapas, donde Eduardo Ramírez ha instruido el despliegue de insumos que, tanto la administración donó, como la población civil. Eso mismo aconteció en Michoacán. El propio Alfredo Ramírez Bedolla, solidario con las causas, no solo da sus muestras de solidaridad, sino que aporta instrumentos de protección civil a través del quehacer voluntario.

A detalle, de igual manera, se ha sumado gobiernos estatales como el de Javier May, de Tabasco, lo mismo que Alfonso Durazo, de Sonora. Eso es, en definitiva, humanismo en un proyecto de transformación como el que vivimos.