Yo creo que el presidente ya ha de sentir amor por el periodista Carlos Loret de Mola. Algo así como que se ha desarrollado en él el “Síndrome de Estocolmo”, que es un trastorno psicológico temporal que aparece en la persona que ha sido secuestrada y que consiste en comportarse benevolente y comprensivo con las conductas de su secuestrador.

Hagan de cuenta que Carlos Loret de Mola tiene “secuestrado” al presidente en temas informativos, porque no hay día que no saque una noticia de él.

En términos prácticos, el presidente cree que Carlos Loret lo odia con toda su alma, tan solo porque Carlos Loret de Mola ha señalado cosas que le incomodan, le afectan en su imagen política y le duelen.

Pero es tanto lo que el presidente habla de este periodista que yo creo que aquí aplica eso de que “del odio al amor hay solo un paso”.

Y es que al presidente le funcionó durante largo tiempo atacar, distraer y culpabilizar de todo al ex presidente Felipe Calderón. Pero la verdad es que “ya chole” con él, como diría el presidente. Y eso él lo sabe muy bien.

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Así que le ha venido muy bien la figura de Carlos Loret de Mola. Lejos de perjudicarlo, lo ha beneficiado porque ahora no hay día en que el presidente no lo mencione.

Y esto sirve para distraer.

Antes quería “usar” a otros personajes para fines de distracción como Claudio X. González, Aguilar Camín, Krauze, pero la verdad es que estos personajes, para ser sinceros, no son famosos y muchas veces tampoco sus caras  son muy conocidas, por lo que ellos realmente ya no le sirven al presidente, pero el que sí le sirve es Loret de Mola.

Y lo necesita. Porque lo que diga y escriba Loret es el pretexto ideal para no hablar de lo apremiante y urgente de este país, para no hablar de muertes, ni de las trampas en la consulta, ni de las vacunas contra Covid-19 para niños, ni del desabasto de medicamentos ni de mil cosas apremiantes más .

Quién iba a decir que el presidente de México necesitaría tanto de Carlos Loret de Mola. Porque imaginen que si Carlos ya no dijera nada, si decidiera retirarse hoy mismo, ¿quién ahora sería el foco de atención del presidente, que fuera de peso y atención y que le funcionará muy bien para distraer? Si nos ponemos a hacer un análisis concienzudo, no le queda mucha gente que le ayude a distraer tanto como lo ha logrado Carlos Loret de Mola.

El día que este periodista decida ya no hablar más del presidente, el presidente buscará la manera de hablar de Carlos de Loret, de sus múltiples departamentos y de el caso Florence Cassez, o quizá hasta, porque el chisme le encanta, vuelva a traer a la luz el supuesto romance que tuvo con una conductora hace unos años.

Si se dice que Loret de Mola vive del presidente y lo necesita… ¿Quién necesita más a quien?