“La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.”

MIGUEL DE CERVANTES

¿Le han dicho la verdad? ¿Sabe lo que viven los niños con cáncer? ¿Está enterada de que hace apenas un mes destituyeron en Oaxaca a un director del IMSS por denunciar el desabasto y por negarse a recibir medicinas caducas?

La realidad en hospitales, centros de salud y farmacias es muy distinta a la que ayer pintó la presidenta Sheinbaum. El desabasto continúa.

Pacientes y familias deben peregrinar en busca de medicinas y pagar precios exorbitantes. Para los enfermos de cáncer, simplemente no hay bolsillo que alcance.

Supongamos que el gobierno federal compró, como presume, el 96% de los insumos que necesita para 2025 y 2026. Pero comprar no es lo mismo que surtir. En estados como Oaxaca, Aguascalientes, Guerrero o Chihuahua el abasto real no llega ni al 70%. A esto se suman retrasos en la distribución y deudas con proveedores que rondan los dos mil millones de pesos.

La cifra alegre ofrecida ayer es, en los hechos, un engaño. Los enfermos no pueden esperar. Las medicinas se necesitan hoy, no surtidas en discursos.

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Los retrasos en recetas no surtidas son la constante. Y tal vez por eso la falta de medicamentos sigue siendo una de las demandas más sentidas de la población, al grado de convertir lo dicho en el Primer Informe en una de sus frases más falsas.

Alejandro Barbosa, presidente de la asociación civil Nariz Roja, lo resumió sin rodeos: “Las cifras sobre el abasto de medicamentos son mentira. En los estados, no tienen ese porcentaje”. Y retó a la mandataria a visitar hospitales donde hay niños con cáncer. “No se vale mentirle a la gente”, dijo.

El discurso oficial no cura. No sirve a quienes están entre la vida y la muerte.

La pregunta es seria: ¿qué le importa más al régimen, contestar críticas o resolver el desabasto?

El reto es enorme. Garantizar suministro constante en todos los hospitales requiere más que compras; exige una logística eficaz para que medicamentos, materiales y servicios lleguen a tiempo y estén disponibles en cada centro de salud.

No basta presumir “la quinta maravilla” en medicinas con base en otros datos o en adquisiciones que aún no cubren la carencia. Esa narrativa solo profundiza el problema y posterga su solución.

La transparencia en adquisiciones y distribución es indispensable. Sin ella, imposible señalar con precisión dónde están las fallas y las corruptelas.

El desabasto no es calumnia. Es la hiriente realidad que enfrentan familiares de niños con cáncer y enfermos que saben que su vida depende de esas medicinas que en los discursos abundan, pero que en los hospitales faltan.

Giro de la Perinola

Lo he dicho antes: dondequiera que esté, Benito Juárez debe estar furioso. Los nuevos ministros de la SCJN se hincaron y rezaron a Quetzalcóatl para que guiara su camino. Un despropósito. Una ridiculez. Una violación a la Constitución. México es un Estado laico y soberano; sus funcionarios no deben incluir actos religiosos en la vida pública. Y, sin embargo, lo hicieron.