Todavía ayer, de los que alcanzamos a percatarnos, era una espiral inmensa de posicionamientos y lecturas sobre la reaparición del expresidente López Obrador. Con ellos, de manera rápida, salió la prensa conservadora a decir que AMLO, bajo la sombra, salió a escena para dejar en claro quién realmente manda en las decisiones del país. Otros, en cambio, aseguraban que su video fue una muestra de respaldo porque a Sheinbaum, a pedazos, se le cae la gobernabilidad. Entre los que más trascendieron fue precisamente eso. De hecho, muchos, sin ninguna prueba de solidez, han esbozado que viene una cadena de cambios en el gabinete, principalmente en las secretarías de Estado de mayor peso. Como se nota que un remolino se formó con solo sacar a la luz pública un video de la presentación de un libro. A su vez, lo que tomó mayor fuerza, fue el respaldo incondicional al proyecto y a la presidenta, especialmente estando en la libertad de hacerlo como uno de los protagonistas de este proceso de transformación.
El mismo AMLO, que dijo abiertamente que no figuraría en los reflectores, salió precisamente para ver el grado de desesperación que mostraría la oposición al verlo a cuadro. Y la oposición, al quedar pasmada, trató de buscar motivos para justificar su regreso a escena. De entrada, el PRIAN no calculó que eso, de nueva cuenta, provocaría una vorágine. El mensaje, naturalmente, va dirigido al fortalecimiento de la presidenta y, sobre todo, a continuar encauzando la unidad. Desde luego que eso no sustituye el liderazgo de Claudia, que está afianzado con más del 75% de aprobación, sino todo lo contrario: le da mayor solidez ahora que la derecha sigue ejerciendo con gran fuerza la andanada. Conspiraciones, maquinaciones, infamias y mentiras, son algunos de los elementos que vienen implícitos en ese catálogo de hostilidades que, por conducto de los medios de comunicación como TV Azteca, intentan persuadir a la ciudadanía.
Para la población, hablamos del pueblo que apoya con votos reales, la reaparición de López Obrador cobra mayor sentido en tiempos cruciales donde la unidad es, ni más ni menos, el elemento fundamental. Del otro lado, el de la especulación, AMLO quiso que la oposición se desgarrara las vestiduras en asuntos que verdaderamente marcan la agenda. En cualquier circunstancia que lo realice, como lo vimos, las palabras de Andrés Manuel serán el antídoto para sucumbir a la oposición. La dejó atónita sobre todo si se trata de un tema del fortalecimiento del movimiento. AMLO, de hecho, elogió el trabajo de Claudia. Fue uno de esos testimonios que, dicho sea de paso, confirman que el poder político ha permeado a nivel nacional. El liderazgo internacional de Sheinbaum, aunque a la oposición le duela, es potencialmente mayúsculo.
Y AMLO, que está dispuesto a defender la legitimidad de su heredera, salió precisamente para decir, en otras palabras, que el movimiento está más fuerte que nunca, sobre todo bien representado en la imagen de Claudia Sheinbaum. Hubo, además de ellos, otras razones de fondo que podemos analizar minuciosamente. Entre ellas, desde luego, aclarar los falsos rumores de un exilio en Cuba. Atypical TV, del contenido más bajo y pobre que he visto en mi vida, juraba y perjuraba que AMLO estaba escondido en las penumbras de otra nación porque tenía pavor de ponerse de frente a la ciudadanía. Los miembros de esa mesa, que no podemos llamar analistas, intentan sembrar la falsa narrativa de que la sociedad se estaba levantando en contra de la 4T. De risa.
Pero es el pueblo, hay constancia de ello, quienes son el principal sostén del proyecto de la cuarta transformación. Las encuestas, detalladas en un marco de credibilidad, dan cuenta del poder político que tiene la presidenta de México. Son números a favor que le dan entre el 72 y 75% de aprobación. Conviene decir que eso, como tal, no representa una crisis ni siquiera una grieta. Lo que alcanzamos a percibir, eso sí, es una debilitada oposición que no encuentra la madeja ni la llave para salir de la crisis profunda que los aqueja. Serán nuevamente los perdedores de las elecciones intermedias del 2027. Será, a nuestro juicio, una aplastante derrota la que le propinará Morena en conjunto con los partidos aliados. Eso tendrá lugar en las 17 entidades federativas y en el mayor número de posiciones de los distritos federales.
Ahora que la oposición se agrava, que han entrado en crisis, siguen recurriendo a la maquinación. Este manojo propagandístico no tiene ninguna posibilidad de permear en la población. La gente, en efecto, no se traga el cuento de la derecha que, haciendo uso de los mecanismos de comunicación al servicio de los neoliberales, montan una oleada golpista ante el apetito del poder. De hecho, la suerte está echada para ellos: perderán todos los enclaves, incluyendo Querétaro y Chihuahua. Vaya golpe contundente el que recibirán. Ellos mismos, ante las difamaciones, son los que están contribuyendo a que eso suceda, sobre todo ahora que, reprochando su descenso, rompieron relaciones con el PRI, que se cae a pedazos con un Alito que solo lanza diatribas y una narrativa que, con la mayor evidencia de ello, no sirve de nada ahora que ya no tienen influencia ni en su propio partido que, déjenme decirles, va que vuela para seguir los pasos del finado PRD.
He aquí un ejemplo de lo relevante que significan los mensajes de López Obrador. Solamente salió unos minutos y, con ello, bastó para poner en jaque a la oposición, que trata de manipular la realidad. La única verdad, dicho sea de paso, es que hay un movimiento de la cuarta transformación sólido y vigoroso. Lo demás, de parte del PRIAN, es pura politiquería que miramos a diario. AMLO, de verdad, es un estratega nato.



