LA POLÍTICA ES DE BRONCE
“Sigue la pista del dinero”, le dijo Garganta Profunda al periodista Bob Woodward, interpretado por Robert Redford en la película Todos los hombres del presidente de 1975. Tenía razón, porque más allá de las posiciones ideológicas y políticas, incluso jurídicas, del combate al narcotráfico están las enormes cantidades de dinero que genera el tráfico de drogas.
No fue casual, y por el contrario, resulta altamente ilustrativo que en la audiencia donde El Mayo Zambada se declaró culpable, el juez haya establecido que este delincuente confeso retribuya 1,500 millones de dólares, producto del contrabando de marihuana, cocaína, heroína y ahora fentanilo, en 40 años de vida criminal.
Claro que el presidente Donald Trump quiere exhibir al Mayo, a Caro Quintero, a El Chapo Guzmán y a La Tuta como trofeos de caza en su lucha contra el crimen organizado; también sabe que decapitar a los cárteles del narcotráfico no basta, que es necesario destruir sus redes de financiamiento y protección política; sobre todo, quedarse con el dinero del narco.
Si a El Mayo Zambada, un hombre con sexto grado de primaria y origen campesino, le imponen la retribución de 1,500 millones de dólares, y a El Chapo Guzmán le establecieron 1,250 millones de dólares, imagínese la cantidad de dinero que genera el tráfico de drogas al año.
Más allá de que a las autoridades estadounidenses les interese que El Mayo revele los nombres de sus cómplices y socios, así como los de policías, militares o políticos que lo protegen, lo que verdaderamente les importa es saber dónde está el dinero producto de la venta de drogas, quiénes son sus prestanombres, dónde lavan dinero, en qué paraísos fiscales se encuentran esas cuentas millonarias, para incautarlas.
Por cierto, a pesar de que desde hace seis meses la frontera México–Estados Unidos está militarizada, que existe una intensa vigilancia por tierra, aire y mar para impedir el ingreso del mortal fentanilo y de otras drogas a Estados Unidos, la oferta de estos estupefacientes en las calles, bares, discotecas y casas sigue boyante y en crecimiento. A la ecuación del combate contra las drogas sigue faltándole la variable del consumo interno, porque mientras exista demanda de fentanilo y otras sustancias, los cárteles mexicanos, los cárteles estadounidenses o los de otras partes del mundo harán todo lo necesario para satisfacerla.



Otro dato que no han dado a conocer las autoridades estadounidenses es si la recompensa ofrecida por El Mayo Zambada ya fue cobrada. Hay que seguir la pista del dinero; así sabremos cómo fue la extracción de este narcotraficante hace un año.
Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.
P.D. Hace una semana, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, informó de la detención de 13 personas vinculadas a la ejecución de Ximena Guzmán y José Muñoz.
De acuerdo con información de la fiscalía, dichas personas brindaron apoyo logístico a los asesinos materiales; tres de ellas ya tenían una orden de aprehensión previa. Sin lugar a dudas, se trata de una buena noticia para que se haga justicia y se acabe con la impunidad.
Tres preguntas siguen sin respuesta: la primera, ¿quiénes fueron los asesinos materiales de José y de Ximena? La segunda, ¿quiénes ordenaron su muerte? La tercera, ¿cuál fue el móvil o motivo de sus ejecuciones? La sociedad espera la respuesta a estas preguntas.