El tándem formado por la directora Emilia Calleja y su alfil Héctor López Villarreal, director de Operación, avanzan viento en popa, según fuentes consultadas en Palacio y las oficinas de Ródano.
Los espacios dejados por ex funcionarios clave durante la gestión de Manuel Bartlett, y ahora asumidos legalmente por López Villarreal, delinean la relevancia de la tarea, los objetivos y el papel, acaso más preponderante, que deberá adquirir la CFE.
Era un secreto a voces la intención de posicionar a la CFE como el referente de soberanía más importante de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, dado el escenario que ofrece la coyuntura de seguridad con Estados Unidos, así como la delicada situación financiera de Pemex.
En las últimas semanas, la directriz en la CFE es clara: la Comisión tiene sentido social.
Apegada, según las voces que confirman la narrativa, en una postura lineal que se resume en que “serán reintegradas las buenas prácticas”, para “generar un legado” en el que “el evaluador será la ciudadanía”.
Esas son las consignas soltadas recientemente por la directora Calleja, su brazo derecho, López Villarreal y Javier Maldonado, personaje clave en Generación.
Mientras eso ocurre, en la CFE se sigue valorando positivamente la reforma que centralizó tareas clave en la empresa.
Calleja manda y López Villarreal resuelve. Sheinbaum observa atenta.