Donald Trump ha impulsado la deportación de activistas pro-palestinos en campus universitarios por el simple hecho de llamarle “genocidio” a lo ocurrido en la Franja de Gaza intentando justificarse, desproporcionadamente, en que esas expresiones apoyan al “terrorismo”. Estos actos han sido el inicio de una práctica censora que ataca directamente a jóvenes estudiantes y por la que cientos de ellos se han visto imposibilitados a continuar con sus estudios.
Sin embargo, este martes un juez norteamericano dictaminó que la administración del presidente Donald Trump actuó de manera inconstitucional al adoptar una política de revocar visas, arrestar, detener y deportar a estudiantes y profesores extranjeros involucrados en la defensa de la causa pro-palestina.
La sentencia es desafiante y contundente en las 161 páginas con las que el juez federal de distrito William Young, en Boston, resolvió a favor de grupos que representan a profesores universitarios, al considerar que la administración estaba violentando la libertad de expresión en los campus universitarios, atentando contra la Primera Enmienda de la Constitución. El juez Young determinó que funcionarios de los Departamentos de Estado y de Seguridad Nacional de EE. UU: “actuaron en concierto para abusar de los amplios poderes de sus respectivas oficinas para atacar a no ciudadanos pro-palestinos con fines de deportación, principalmente debido a su discurso político protegido por la Primera Enmienda”, y que “lo hicieron con el fin de infundir miedo en otros no ciudadanos pro-palestinos en situaciones similares, limitando de manera proactiva (y efectiva) el discurso legal pro-palestino e intencionalmente negándoles a esas personas (incluidos los demandantes aquí), la libertad de expresión que es su derecho”.
Es desafiante porque existe un contexto hostil en el que Donald Trump ha arremetido en reiteradas ocasiones contra el Poder Judicial al resolver en contra de sus medidas principales como migración y aranceles.
En este espacio hemos planteado que existen similitudes entre las reacciones contra disidentes en México y Estados Unidos, pero el caso norteamericano es particular ya que el sistema de precedentes resulta ser un pilar para el equilibrio de gobierno pues realmente en ese país, existe un co-gobierno de los jueces y los poderes ejecutivos.
Young fue nombrado por el presidente republicano Ronald Reagan y destaca que de inicio se esperaría familiaridad ideológica y apoyo porque Trump también es republicano, pero contrario a eso, sostuvo que las acciones del gobierno se alineaban con los esfuerzos más amplios de Trump para limitar la libertad de expresión, al atacar a despachos de abogados, universidades y medios de comunicación.
En su fallo, el juez criticó fuertemente al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) por ordenar a sus agentes enmascararse antes de arrestar a algunas personas, señalando que lo hacía con un “único motivo: aterrorizar a los estadounidenses para que guarden silencio”. El componente de terror psicológico es que este juzgador asocia las máscaras con el Ku Klux Klan y el juez condenó que “en toda nuestra historia nunca hemos tolerado una policía secreta armada y enmascarada”.
Desde las universidades, así como los abogados de los demandantes ya califican la decisión como un fallo histórico que confirmó que la Primera Enmienda también protege a los no ciudadanos. El caso fue presentado por la American Association of University Professors y sus capítulos en Harvard, Rutgers y la Universidad de Nueva York, así como por la Middle East Studies Association.
Recordemos que cuando fue arrestado Mahmoud Khalil, recién graduado de la Universidad de Columbia, el primer objetivo del esfuerzo de Trump para deportar a estudiantes extranjeros con posturas pro-palestinas o antiisraelíes era asociarlos con terrorismo islámico.
Desde entonces, la administración ha cancelado visas de cientos de estudiantes e investigadores y ordenado el arresto de algunos, entre ellos Rumeysa Ozturk, estudiante de la Universidad de Tufts, detenida en Massachusetts por agentes enmascarados y de civil después de co-escribir un artículo de opinión criticando la respuesta de su universidad a la guerra de Israel en Gaza.
En esos casos y otros, jueces han ordenado la liberación de estudiantes detenidos tras argumentar que la administración tomó represalias contra ellos por su activismo pro-palestino, en violación de sus derechos de libertad de expresión. A pesar de los fallos adversos, la administración Trump sigue intentando deportar a los estudiantes.
En un caso separado, el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito, con sede en Manhattan, tenía previsto escuchar argumentos sobre los intentos del gobierno de revertir fallos judiciales que llevaron a la liberación de Ozturk y del estudiante de Columbia, Mohsen Mahdawi. Trump ha intentado influir en juzgadores y su visión revivió el racismo que se pensaba superado pero que hoy polariza los espacios.
Los ataques contra activistas pro-palestinos se intensificaron después de que Trump firmara órdenes ejecutivas en enero ordenando a las agencias federales “combatir enérgicamente” el antisemitismo tras las protestas en campus universitarios en respuesta a la guerra de Israel en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
Todo lo sucedido sobre la libertad de los estudiantes a pensar, opinar y disentir es histórico.
En una medida inusual, Young incluyó en su fallo una copia de un mensaje amenazante que recibió en una postal de un remitente anónimo que decía: “Trump tiene indultos y tanques… ¿Qué tienes tú?”.
A lo que el valiente juez respondió: “No tengo nada más que mi sentido del deber”, respondió Young en su resolución. “Juntos, Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos —tú y yo— tenemos nuestra magnífica Constitución. He aquí cómo se resuelve en un caso concreto”.
Esto podrá no gustarle al quitavisas3000, pero valdría la pena que quienes pierden su visa por expresarse en redes sociales intenten una demanda en defensa a las libertades más básicas de aquel país.
X: @ifridaita