¡Bienvenidos amantes de la gastronomía! Tenemos un fin de semana largo, lo que significa que con el pretexto de las fiestas patrias podremos rendirle pleitesía a los fogones, y degustar de nuestra vasta cultura culinaria.

La imaginación es el límite, pues en estos días podemos incluso hacernos un recorrido por toda la República mexicana, para celebrar el inicio de nuestra Independencia, a 215 años del grito que diera Miguel Hidalgo y Costilla en Dolores.

Lo bonito de nuestra gastronomía es que además de ser un paseo por el país también es una lección de historia, donde se mezclan ingredientes originarios con otros traídos de tierras lejanas: Europa, África o Asia, los cuales terminaron por darnos una identidad, como la que buscaban nuestros padres de la patria.

Somos un crisol de culturas que se entremezclan entre sí, igual que lo hacen los sabores de un guiso; un ejemplo de ello es el pozole ¿sabían que el orégano que se le echa es de origen mediterráneo?

Cuando uno lo prepara, el toque final que levanta al platillo, es justamente una especie no endémica del país, y tal vez por eso es el plato que más se prepara durante las fiestas patrias, porque tiene fuertes raíces prehispánicas, y no solo de México; se tienen registros que este tipo de guiso se preparaba desde los pueblos nativo-americanos hasta los pueblos de Centroamérica.

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Eso sí, cada uno utilizando los ingredientes locales que tenían a la mano, desde perros hasta guajolotes, e incluso carne humana. Ahora se prepara principalmente con carne de cerdo, sobre todo la cabeza que le da un gran sabor, o de pollo, e incluso hay vegetariano.

La gastronomía se va a modificando y adaptando a los gustos de la gente conforme pasan los años. Qué interesante resulta pensar cuáles serían las próximas variaciones que experimentará nuestro legado culinario.

Porque, así como hemos incorporado elementos del extranjero a nuestros platos, también la cocina mexicana ha tenido la habilidad de transformar platillos de otras latitudes, como la pizza con frijoles y arrachera, o el sushi de carne con aguacate y chiles toreados.

Nuestra cocina, patrimonio intangible de la humanidad, forma parte de las celebraciones por las fiestas patrias, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. En el norte del país disfrutan la carne asada y el cabrito, con tortillas de harina de trigo que no deben faltar, al igual que los frijoles charros y las salsas picosas, todo acompañado de un Sotol.

En el área del Bajío y el Occidente la birria es uno de los platos que más se busca, también la carne en su jugo acompañado de un tequilita, son una verdadera delicia; y Michoacán dice “quítate que ahí te voy”, con sus uchepos, corundas y su charanda.

En el centro del país lo que más les gusta para comer en estas fechas es el pozole, creo que es el platillo insignia, pero también los chiles en nogada, las enchiladas verdes o rojas, y enmoladas.

Y al sur disfrutan celebrar con la famosa cochinita pibil o tamales oaxaqueños, mole negro de Oaxaca, tamales de chipilín, y el mezcal es protagonista, no puede faltar, y para el “desempance” un Ixtabentún bien frío.

Así que es momento de encender el horno, prender la estufa y arrojarnos a los brazos de la cocina en familia, una actividad que podemos hacer este fin de semana largo para festejar nuestros días “patrios”.

A ustedes estimados lectores ¿cuáles son los platillos que más disfrutan en estas fechas? ¿Qué les gusta preparar? ¿Cocinan en familia? ¿Celebran las fiestas patrias? Los leo en los comentarios.

Bon appetit!!!

Cat Soumeillera en X: @CSoumeillera